Muerte de buitres tras haber ingerido diclofenaco, un antiinflamatorio que se usa en el ganado y que es muy tóxico para la especie protegida.
Era la primera vez que se constataba la peligrosidad del fármaco en Europa. El descubrimiento, que fue posible debido a que el joven ejemplar portaba un GPS, hizo saltar las alarmas en la comunidad científica y ha desembocado en la publicación de una carta en la revista Science que pide a las autoridades europeas y nacionales la prohibición del medicamento en el ganado.
El pasado mes de abril se anunciaba el primer caso en Europa de intoxicación por diclofenaco de uso veterinario de un joven buitre negro. Sucedió en los Pirineos. En una carta en Science, un equipo de científicos con el ecólogo español Antoni Margalida a la cabeza pide que este fármaco sea prohibido y sustituido por uno menos nocivo para estas aves carroñeras.
En España se encuentran las mayores poblaciones de buitres de Europa. En total, entre el 90 % y el 95 % de estas aves carroñeras europeas viven en nuestro país. Pero a las amenazas que les acechan, como las colisiones en parques eólicos, líneas de alta tensión, envenenamiento e intoxicación por plomo, se une desde 2013 una más: la ingestión de diclofenaco, un antiinflamatorio no esteroideo que se administra al ganado y que en los años 90 ya causó el declive de los buitres asiáticos.
Tras el hallazgo de un buitre negro muerto por ingestión de este fármaco en los Pirineos el pasado mes de abril, un equipo de científicos, liderado por Antoni Margalida (El Pont de Suert, Lleida, 1969), investigador en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos del CSIC y la Universidad de Castilla-La Mancha, pide ahora en una carta publicada en la revista Science tomar medidas para que las muertes no vayan a más.

El diclofecano ya había afectado a los buitres en Asia. ¿Qué pasó allí realmente?
Cuando se produjo la debacle de tres especies de buitres en Asia entre 1990 y 2000, el 95 % de sus poblaciones desapareció repentinamente en 10 años. En 2004 se publicó un trabajo en Nature en el que se determinó que el diclofenaco era el responsable de las muertes. Se trata de un antiinflamatorio no esteroideo que se utiliza en animales domésticos cuando tienen algún problema, como cojeras, y que en los buitres ocasiona un fallo renal si ingieren cadáveres de animales que habían sido tratados con el medicamento pocas horas antes de la muerte, unas ocho o doce horas. Se acumula el residuo en las vísceras y la muerte de los ejemplares es inmediata.
Teniendo los hechos sobre la mesa, ¿cómo reaccionó la comunidad científica?
A raíz de esto, hubo un gran debate científico sobre si había que prescindir de este medicamento para uso veterinario. En 2006 se prohibió en India, Pakistán y Nepal, y en 2010 en Bangladesh. Se consiguió porque la solución era muy sencilla: había un sustitutivo, que es otro inflamatorio, el meloxicam, que no es nocivo para las aves.
Este fármaco crea el mismo efecto en el ganado que el diclofenaco, ¿verdad?
Sí, es otro antiinflamatorio, pero no es nocivo para otras especies. Por eso se pidió que se prohibiera el diclofenaco y se potenciara la comercialización del meloxicam en estos países asiáticos. Pero, la sorpresa fue que en 2013, la Agencia Española del Medicamento autorizó la distribución de los productos Diclovet y Dolofenac en España. En 2014 nosotros ya publicamos un artículo en Science que trataba la problemática del uso de drogas veterinarias así como sus efectos en la fauna, sobre todo en las aves carroñeras. También escribimos una carta en la revista Conservation Biology en la que argumentábamos que, conociendo los precedentes en Asia, no eran necesarias más muertes en la península ibérica.
Comparado con los países asiáticos donde hubo este problema, ¿qué importancia tiene nuestro países en cuanto a las poblaciones de estas aves?
Nuestro territorio alberga entre el 90 % y 95 % de las poblaciones de buitres de toda Europa. En el caso del buitre leonado es el 95 %. Por eso, al ver los precedentes en Asia, quisimos evitar que ocurriese lo mismo aquí, sabiendo la importancia que tiene España en la conservación de las aves carroñeras a escala europea. La idea era que se facilitara el meloxicam.

Pero hasta el año 2013, cuando se autorizó el diclofenaco en España, ¿qué se estaba utilizando? ¿Por qué se permitió su comercialización en ese momento?
Buena pregunta. No sé cuál fue la razón. Había otros antiinflamatorios y este no se había comercializado. En ese momento la agencia española explicó que los protocolos y filtros eran muy rigurosos, que el escenario podía ser distinto al asiático y que probablemente el fármaco no tendría un impacto como en Asia, donde se tratan muchos animales que están por las ciudades con este medicamento muy barato. Lo que yo especulo es que al cerrarse el mercado asiático, esta empresa farmacéutica buscó otras alternativas de mercado.
Vía: https://www.ecoportal.net/