Cuando el invierno es lo bastante frío -tal como sucede en distintos puntos del planeta, los fuertes vientos y las bajísimas temperaturas en regiones donde los inviernos son muy acentuados, llegan a congelar no sólo la cascada sino también todo lo que está a su alrededor. El espectáculo es fascinante y asombroso: el lugar cambia por completo su fisonomía y toma el aspecto de un cuento de hadas, tal como se observa en las fotografía.
Fotografía: Ryan Engstrom