Los ingredientes son: aguas muy calientes y viento marítimo, soplando de mar a tierra y muy cargado de humedad. Y un obstáculo que le haga este viento subir y enfriarse rápidamente. Cualquiera que haya estado en muchas de las playas levantinas, incluso en Murcia, ha notado cómo, en ocasiones y en cuestión de minutos, una espesa bruma o niebla, que no nubes, han arruinado un día de playa, pues el sol se tapa y la temperatura baja drásticamente.
Lo único que falta para completar esa espectacular imagen es ese obstáculo (artificial como es el caso en Miami con los altos -y feos- rascacielos, o natural, como en el caso de la orografía) que haga a esa bruma subir y enfriarse aún más.
Fotografía: Vincent FAVRE