Los geranios son unas plantas de flor estupendas, que además de tener una temporada de floración muy larga son muy fáciles de cuidar.
Como sabemos, los geranios necesitan mucho sol y si los vamos a cultivar dentro de casa necesitaremos una exposición bien soleada. Colocar la planta junto a una ventana que reciba la luz del sol durante varias horas al día, cuantas más mejor. … Antes de regar la planta nos aseguraremos de que el sustrato está bien seco.
Aunque existe una amplia variedad de geranios sus cuidados son similares. Divididos en cuatro grupos principales: zonal o común, de pensamiento, los de olor y hiedra o gitanillas se diferencia principalmente por la forma de la hoja. Se tratan de plantas perennes y en climas templados pueden llegar a florecer todo el año.
Todos los geranios necesitan mucho sol, ubicación sur y en verano resguardarlos en una ubicación semisombra allá dónde haga mucho calor. Sobre todo en verano el riego será generoso y más si lo tenemos en maceta. Cada quince días le añadiremos abono líquido al agua de riego. El sustrato tiene que ser fértil y bien drenado, pero tampoco son muy exigentes.
La poda del geranio se produce en otoño, tras la floración veraniega, o en primavera y cada vez que se sequen quitaremos hojas y flores. Podremos sacar de aquí esquejes para crear nuevas plantas para el año siguiente, tendremos que ayudar a los esquejes con un poco de hormona de enraizamiento para que sea más fácil la reproducción.

Enfermedades y plagas
La plaga más representativa de los geranios es la mariposa del geranio, que pone los huevos dentro de los tallos y provoca que la planta se ponga negro. Se trata con un insecticida específico, una vez al mes, que se encuentra fácilmente en los centros de jardinería.