Debido a los brutales fenómenos atmosféricos desencadenados, los aviones de línea esquivan los cumulonimbus volando alrededor de ellos sin tocarlos. En el interior de estas nubes y debido a los movimientos y rozamientos de aire se van ‘arrancando’ electrones, que acumulan cargas eléctricas en determinadas zonas de la nube.
El resultado final es una nube cuya base tiene una carga fuertemente negativa y la parte superior carga positiva. Es una enorme pila de decenas de miles de voltios, entre la nube y la tierra, donde tienen lugar descargas ascendentes o las que se producen entre un espejo de agua y la nube madre.
Fotografía: Roberto Zanleone