La ola de calor que azota a gran parte del oeste de Europa es vigilada diariamente desde el espacio, con instrumentos que revelan un extremo calentamiento terrestre.
La ola de calor que sofoca a gran parte de los pises que conforman el oeste de Europa son visibles desde distintos módulos desde el espacio, los que realizan un seguimiento periódico del calentamiento sobre la superficie de la tierra en estas regiones.
Desde que inició la temporada cálida en esta región del planeta, varios censores ubicados varios cientos de kilómetros sobre la Tierra, envían información de forma detallada de la situación de temperaturas anómalas que están dejando uno de los veranos más calientes en el hemisferio norte.
La imagen inferior utiliza los datos del instrumento radiómetro de la misión Copernicus Sentinel-3, muestra la temperatura de la superficie terrestre en el sur de Francia, España y el norte de África en la mañana del 17 de julio.
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Vale la pena señalar la diferencia entre la temperatura del aire y la temperatura de la superficie terrestre. La temperatura del aire, dada en los pronósticos meteorológicos diarios, es una medida de qué tan caliente está el aire sobre el suelo. En cambio, la temperatura de la superficie terrestre es una medida de qué tan caliente se sentiría la superficie real al tacto.
Como muestra claramente la imagen de arriba, en algunos lugares la superficie de la tierra alcanzó la friolera de 55°C. Teniendo en cuenta que Copernicus Sentinel-3 adquirió estos datos por la mañana, la temperatura habría aumentado durante la tarde.
Los científicos controlan la temperatura de la superficie terrestre porque el calor que se eleva desde la superficie de la Tierra influye en los patrones meteorológicos y climáticos. Estas mediciones también son particularmente importantes para los agricultores que evalúan cuánta agua necesitan sus cultivos y para los planificadores urbanos que buscan mejorar las estrategias de mitigación del calor, por ejemplo.
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Los incendios no dan abasto
El Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus se ha activado para responder a muchos de los incendios que asolan Europa en este momento, incluidos los que afectan a Gironda.
El servicio aprovecha las observaciones de varios satélites para proporcionar mapas bajo demanda para ayudar a las autoridades de protección civil y la comunidad humanitaria internacional ante emergencias importantes.
Las temperaturas, ya sea la temperatura del aire o la temperatura de la superficie terrestre, han aumentado tanto en las últimas seis semanas que se han batido numerosos récords.
Si bien los avisos de calor aún están vigentes, las advertencias de sequía también están vigentes en casi la mitad del bloque de la Unión Europea. Esto trae un riesgo aún más prolongado para los suministros de agua y la producción agrícola de alimentos.

A medida que aumentan los efectos del cambio climático, se teme que este tipo de fenómenos meteorológicos extremos también aumenten.
Los satélites que orbitan el planeta juegan un papel importante en la entrega de datos para comprender y monitorear cómo está cambiando nuestro mundo, datos que son clave para las estrategias de mitigación y la formulación de políticas.
Con información de: https://www.tiempo.com/