Un estudio revela que la temporada de incendios 2019-20 de Australia ha calcinado un 20% de la superficie forestal del país, más de la mitad de la extensión total de España. Si se extrapolan esos datos a nuestro país, es como si hubiese ardido la superficie total de Aragón.
La temporada de incendios forestales 2019-20 de Australia va a ser recordada como la peor que ha vivido el país en toda su historia, algo que no es de extrañar dada la voracidad de las llamas que han dejado un gran cúmulo de imágenes impactantes para la posteridad.

La razón que aportan los científicos para sostener esta afirmación es simple: este año ha ardido el 20% de la superficie forestal de Australia, sin contar con Tasmania. Más o menos, ese porcentaje se traduciría en 268.000 kilómetros cuadrados devastados, más dela mitad de la superficie total de España.
Un artículo publicado en la revista Nature Climate Change ha sido el encargado de mostrar al mundo ese dato “sin precedentes”, basado en un estudio que analiza el área de bosque quemado en cada continente durante los últimos 20 años.

En ese trabajo, los expertos han destacado que, mientras que en el resto del mundo ardió una media del 4% o 5% de la superficie forestal en cualquier continente cada año, en Australia durante el 2019 ardió el 21%.
La única excepción destacable se ha observado para los bosques de hoja ancha secos tropicales y subtropicales en Asia y África, para los cuales el análisis encontró que se habían registrado medias del 8 al 9% en ese período de 20 años.

“El porcentaje de superficie quemada en Australia este año destaca notablemente frente a las cifras de otros años en ese mismo país y en otras regiones. Simplemente no hay nada parecido y nos sentimos seguros de catalogarlo como un fenómeno sin precedentes”, ha señalado Matthias Boer, autor principal de ese estudio.¿Qué hubiese pasado en España?
Para entender más de cerca la magnitud de la extensión calcinada que han calculado los científicos, vamos a extrapolar los datos de la temporada de incendios 2019-20 de Australia a España.

En nuestro país, que unos incendios devoren aproximadamente el 20% de nuestra superficie total supondría que tanto Castilla y León como la Comunidad de Madrid, unos 101.000 km2, desapareciesen pasto de las llamas.
Si lo extrapolamos a la superficie forestal de nuestro país, unos 240.011 kilómetros cuadrados, hubiesen ardido 48.000 kilómetros cuadrados, 1.000 km2 la superficie total de Aragón.
La cifra real de kilómetros cuadrados quemados en nuestro país este año, según el balance del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha sido de 839 km2, muy lejos de la cifra de Australia.

En resumen, el documento detalla que a lo largo del 2019 se produjeron 10.883 incendios, donde 7.290 siniestros (66,98%) fueron conatos, es decir, en los que ardió una hectárea o menos.
Los 3.593 incendios restantes superaron la hectárea de superficie quemada y 14 de ellos traspasaron la barrera de 500 hectáreas afectadas (cinco kilómetros cuadrados), lo que los sitúa en la categoría de grandes incendios forestales (GIF).
Un impulso a los incendios
En otro artículo paralelo, los científicos Benjamin Sanderson y Rosie Fisher han examinado algunos de los factores que han podido influir para originar esta temporada de incendios en Australia tan atípica.
Para ellos, la temperatura ha sido una de los principales impulsores de los grandes incendios en Australia, de la la que apuntan que “seguirá aumentando debido al escenario actual de emisiones de efecto invernadero producido por ser humano”.
Tras las altas temperaturas, Andrew King, profesor de ciencias climáticas en la Universidad de Melbourne y coautor de este último estudio, ha señalado a la sequía y a la variabilidad climática como otro de los factores relevantes.

Un ualabí de cuello rojo busca refugio entre matoralles quemados en Cobargo, Nueva Gales del Sur (Australia) | Foto: EFE
En este sentido, ha aclarado que en los modelos climáticos utilizados en el estudio para hacer proyecciones se observaban “deficiencias en la simulación de la sequía y los incendios”, por lo que no se ha atrevido a proporcionar una orientación sólida sobre cómo alterarán estos fenómenos extremos al clima australiano en un futuro con mayor calentamiento global.
“Australia es ahora un claro ejemplo de desastre natural que está impulsando un discurso internacional positivo sobre el cambio climático. Solo podemos esperar que el impacto psicológico de los incendios forestales contribuya a realizar cambios políticos, económicos, industriales, científicos y sociales necesarios para gestionar la crisis mundial”, ha comentado James Collett, profesor de psicología en la Escuela de Salud y Ciencias Biomédicas de la Universidad RMIT.
Según su criterio, que una revista con el calado de Nature haya publicado estos artículos sobre el balance de los incendios de Australia “es sinónimo de cómo de importante es el impacto que tienen los incendios forestales en la conciencia global”.

Vía: elagoradiario