El reino animal nos pone frente a criaturas sorprendentes, con habilidades de supervivencias ejemplares, en este caso una de las aves pescadoras por excelencia. Esa flecha azul turquesa que surge con un grito estridente y desaparece en un recodo del río es el Martín Pescador. Su pico en puñal, de temibles proporciones, alarga su rechoncha figura.
Con un poco de paciencia, podrá vérselo sumergirse vigorosamente bajo el agua, tal cual lo muestran las fotografías en este artículo, con el pico apuntando a algún pececillo; luego vuelve rápidamente a su posadero, una rama de sauce o caña de carrizo. Entonces se puede descubrir el lugar donde se encuentra su pollada, a la que se apresura a llevar el producto de su pesca si no la ha engullido de un trago. El nido está excavado en una orilla blanda de los arroyos.
Al Martín Pescador le gusta pescar en aguas claras, en especial en el borde de ríos tranquilos. Pero el frío le pone a prueba, y el hielo de las aguas dulces, en inviernos rigurosos, resulta fatal para él.
Las poblaciones de estas aves han sido diezmadas en varias ocasiones. Nada le impide sacar a relucir sus rápidos movimientos al sumergirse, unos pocos segundos para emerger con la gloria de una fructífera cacería, sin importar el clima ni el reducido espacio para cometer su entusiasta clavado.
Fotografías: Marco Redaell