Los búhos son animales fantásticos. Navegantes de la noche, artistas meticulosos y depredadores impecables. Y entre las pulsares virtudes de estas aves tendríamos que incluir, sin duda, su capacidad para mimetizar su entorno con pragmática maestría, para camuflarse.
Muchos seres en l naturaleza buscan su lugar ideal para sobrevivir, muchos pasan desapercibido debido al perfecto mimetismo que logran con el entorno. La sabia naturaleza ya los ha adaptado para no ser visto por depredadores, inclusos por cazadores humanos.
El juego del mimetismo en la naturaleza es muy llamativo, a la vez, un ejemplo de supervivencia de muchas especies, desde reptiles, insectos , mamíferos y aves. A continuación un fie ejemplo de un ser que es «invisible» al ojo humano, bueno, casi invisibles.
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A continuación te compartimos algunos ejemplos del minucioso arte de hacerte uno con tu entorno, una práctica que entre los humanos calificaría sin duda de chamánica, pero que entre estas aves nocturnas es un simple artilugio para andar su cotidianidad.
Y aquí la pregunta sería ¿el búho se transforma en árbol, el árbol se desprende en búho o todo es sencillamente uno solo? Claro que la respuesta no importa, lo que sí importa es jamás dejar morir en nosotros la posibilidad de admirarnos, en el más amplio sentido de este acto, con los despliegues que la naturaleza tendrá siempre para nosotros.
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Vía: ecoosfera