Puede afirmarse que Matt Suter nació de nuevo el 12 de marzo de 2006, luego de que un tornado lo levantara por los aires y lo arrastrase a más de 400 metros de distancia. El joven Matt salvó milagrosamente su vida, y desde entonces forma parte de un selecto grupo de personas arrancadas del suelo por un tornado y que luego sobrevivieron para contarlo.
La noche del día más intenso de su vida, Matt Suter estaba dentro de un trailer que servía de hogar de su abuela, en el pueblo de Forland, Missouri, ubicado justo en la trayectoria de un potente tornado de grado 2. Las ráfagas de viento, de 240 kilómetros por hora, primero arrancaron de cuajo las ventanas del trailer, luego las paredes y finalmente hicieron volar por el aire al aterrorizado Matt, que entonces tenía 19 años de edad.
Días más tarde, ya recuperado del susto, el propio Matt Suter relató lo sucedido al diario USA Today: «El ruido era cada vez más intenso, como si diez jets fueran hacia nosotros. De repente, se sintió la fuerte presión en el interior del trailer. Las puertas delantera y trasera estaban cerradas con llave, pero sus bisagras reventaron y fueron despedidas por el viento. Mientras tanto, las paredes y el techo se sacudían con violencia; el piso se movía como si fuese de gelatina».
El tornado arrastró al muchacho por encima de un peligroso alambrado de púas, para finalmente depositarlo sobre el pasto a una distancia equivalente a cuatro canchas de fútbol. Aunque parezca increíble, luego de su vuelo forzoso el joven Matt solamente recibió un corte en la frente, al golpearse con una lámpara que estaba en el suelo.
Para darse una idea de la magnitud del trayecto recorrido en el aire por Suter, basta recordar que el histórico primer vuelo en avión de los hermanos Wright cubrió apenas la décima parte de la distancia que el tornado arrastró al infortunado joven.
Existen muy pocos casos documentados de sobrevivientes arrastrados por un tornado, y Matt Suter es quien llegó más lejos. El «récord» anterior era del año 1954 y lo ostentaba una niña de Dakota del Sur que fue arrastrada junto con su pony a una distancia de 300 metros, sin que ninguno de los dos sufriera daños severos. Otro caso asombroso es el de Kyson Stowell, un bebé de sólo 11 meses al que en febrero de 2008 un tornado lo hizo volar alrededor de 100 metros, sufriendo apenas unos leves rasguños.
Pese a la dureza de lo ocurrido (o tal vez justamente por haberse salvado de milagro) el joven Matt no ha perdido su sentido del humor. «Siempre le dije a mi novia que quería ver un tornado, pero jamás pensé en meterme dentro de uno de ellos», comentó sonriente.
12 Comments
pacalo
Romí n, según las profesías mayas, otras tantas profesías, el 2012 es el año de los grandes cambios, especialmente de conciencias, aunque si no cambiamos nosotros no creo que haya mundo para mucho tiempo.- un abrazo.-
pacalo
sandra
Sinceramente,este chico tendria que agradecerle a la vida el poder contar lo que le ocurrio.Fue muy afortunado.En cuanto a lo del fin del mundo,sera cuando tenga que ser!!Nadie es eterno.