Observaciones hechas por el Observatorio W.M. Keck y el Observatorio Gemini han confirmado el descubrimiento del primer planeta con un tamaño similar al de la Tierra orbitando dentro de la zona habitable de otra estrella. El descubrimiento inicial fue hecho por el Telescopio Espacial Kepler de la NASA.
Al planeta se la ha denominado Kepler-186f, forma parte de un grupo de 5 planetas orbitando una estrella más fría que el Sol. Kepler-186f reside dentro de una región donde el agua podría existir en forma líquida. A esta región se le conoce como zona habitable ya que se piensa que es más probable que la vida se forme en planetas con agua líquida. El resto de los exoplanetas del sistema tienen un periodo orbital muy corto y tienen una temperatura muy elevada.
Kepler-186f es casi 10% más grande que la Tierra aunque aún se desconocen su masa y composición. Su periodo orbital es de 130 días y recibe un tercio del calor que la Tierra recibe del Sol. El resto de los planetas del sistema Kepler-186 tienen un tamaño inferior a la mitad del tamaño de la Tierra. Kepler-186b, Kepler-186c, Kepler-186d y Kepler-186e, tienen periodos orbitales de tres, siete, trece y veintidós días respectivamente, haciéndolos muy calientes e inhóspitos para la vida como la conocemos.
La estrella anfitriona, Kepler-186, es una estrella enana tipo M1, tiene la mitad de la masa del Sol y se ubica relativamente cerca a nuestro Sistema Solar, a una distancia de 500 años luz en la constelación de Cygnus. La estrella es muy tenue, más de medio millón de veces que la estrella más tenue visible a simple vista desde la Tierra. Con una estrella anfitriona tan pequeña, se utilizó una técnica que eliminó la posibilidad de que el Kepler en realidad haya detectado el movimiento de una estrella en el fondo o una estrella compañera.
Para ello, se obtuvieron observaciones de alta resolución espacial hechas por el telescopio Gemini North (de 8 metros) así como observaciones hechas por el telescopio Keck II (de 10 metros), ambos telescopios se ubican en el Mauna Kea en Hawái. Los datos combinados permitieron descartar fuentes cercanas a la línea de visión de la estrella que pudieran haber confundido al Kepler y concluyeron que las señales detectadas tienen que ser de un planeta pequeño transitando frente a su estrella anfitriona.
La evidencia del Kepler fue obtenida por la detección de tránsitos planetarios. Los tránsitos planetarios pueden ser entendidos como pequeños eclipses de la estrella anfitriona provocados por los planetas que la orbitan. Cuando un planeta bloquea parte de la luz de la estrella, su brillo total disminuye, esta variación en la luz de la estrella es detectada por el Kepler. Hasta ahora se han detectado más de 3.800 candidatos a exoplanetas usando esta técnica por el Kepler.
Fuente: http://www.gemini.edu/node/12197
VÍA: eluniversohoy.com —