Ocho millones de toneladas de basura acaban cada año en el océano. El 80% de estos residuos son botellas y bolsas de materiales plásticos, que constituyen la principal amenaza para la flora y la fauna marinas.
Los desechos de plástico matan un millón de pájaros y unos 100.000 mamíferos marinos al año y se estima que el 80% de esta polución proviene de actividades terrestres.
- 39,9%: Embalaje o empaquetado
- 19,7%: Construcción
- 8,9%: Sector automovilístico
- 5,8%: Electricidad y electrónica
- 3,3%: Agricultura
- 22,4%: Otras aplicaciones (incluyendo electrodomésticos, muebles, deportes, salud y seguridad)
¿Plástico para cenar?
Con todo lo que hemos leído acerca del plástico en los océanos, en las costas, en el agua, en los peces, parece que hay una pregunta que es inevitable hacerse: ¿estamos comiendo plástico?
Ya hay quienes dicen que sí, varios estudios lo demuestran como los estudios realizados en el año 2016 por la Universidad de Gante, en Bélgica, la Universidad de Plymouth y el Instituto Español de Oceanografía.
La FAO analizó los riesgos de ingerir plástico en comida contaminada: los microplásticos y los nanoplásticos entran en el tracto gastrointestinal, y de ahí se ha comprobado una traslocación de los intestinos al sistema linfático de los mamíferos estudiados (humanos, perros, conejos y roedores). Pero la absorción es aparentemente muy pequeña.
Se ha demostrado que las micropartículas que llegan al sistema linfático se eliminan a través del sistema de filtración de la circulación, mientras que las micropartículas que se alojan en la sangre son eliminadas por el hígado a través de la bilis, y finalmente expulsadas con los excrementos.
Es que es muy probable que los microplásticos no sean absorbidos ni entren en contacto con órganos vitales. Sí podría ser el caso de los nanoplásticos, pero la FAO concluye que los datos disponibles hasta el momento no permiten deducir que se trate de un riesgo para la salud.
Vía: Ecoportal.net Con información de: https://elpais.com/ https://www.abc.es/