Cuando la concentración de cristales de hielo o agua líquida es muy alta en la parte del yunque, entonces comienzan a precipitar. En las nubes mammatus (alejadas de las vigorosas corrientes ascendentes del núcleo convectivo) el aire saturado comienza descender y con ello, las gotitas de agua subfundida y cristalitos de hielo.
Al descender el aire saturado se calienta y las partículas de agua tienden a evaporase o fundirse, robando calor al aire que desciende con ellas. Parte del calentamiento del descenso se emplea en producir cambios de fases, calentándose menos de lo previsto, a la vez que se sigue manteniendo saturado su ambiente.
Las protuberancias, que vemos en forma de mama, son las zonas donde se dan unos máximos de hundimiento de la base de la nube. Las nubes con mamas se forman pues con aire saturado descendente en su seno.
Por otra parte, el aire que se encuentra debajo de la nube, no saturado, forma parte del aire inestable que trata de ascender. Las zonas abovedadas, contrapuestas a las mamas, son el reflejo de ese aire que de forma pulsante eleva la base nube.
Vemos pues que la base de una nube con mamas marca una frontera entre un ambiente estable (¡¡dentro de la propia nube!!) y fresco que tiende a descender y otro que es más cálido que tiende a ascender y es capaz de mantener, sutilmente, ese suave desplome nuboso.
Fotografía: Nicole Qualtieri, Brian Constantino, Birdies Land, Jeff Niederstadt
Vía: tiempo.com/ram