A pesar del temor generalizado de estos enormes depredadores, la mayoría de ataques de tiburones blancos son potencialmente mortales. La mayoría de los ataques son muestra de lo que sus dentaduras son capaces de hacer. Por suerte, a veces deciden no convertir a las personas en su comida.
El legendario tiburón blanco es un pez cartilaginoso que ha causado temor y admiración desde hace muchísimos años. Es considerado el depredador más grande de los mares y el más fiero, pero hay más imaginación que verdad en esta sentencia. Su reputación de “devorador de hombres” también está alejada de la realidad.
El tiburón blanco es miembro de la clase Chondrichthyes, de la subclase Elasmobranchii, del orden Lamniformes, de la familia Lamnidae y del género Carcharodon.
Descripción
El cuerpo del tiburón blanco es robusto y fusiforme, de unos 4-7 metros de longitud pero el promedio es de 6 metros. Su peso se sitúa entre 3,000 y 3,400 kilogramos. Las hembras adultas alcanzan un peso y longitud mayor que los machos, los cuales suelen ser 2 metros más pequeños.
Tiene un hocico estrecho y puntiagudo, 2 aletas pectorales y una primera aleta dorsal con forma de triángulo. La aleta caudal tiene forma de media luna y su lóbulo superior e inferior son largos y de tamaño muy similar, casi simétricos.
La boca mide 0.9 a 1.2 metros de ancho; está provista de varias hileras de dientes triangulares, puntiagudos y aserrados que el escualo muda varias veces durante toda su vida. Posee pequeños ojos color ónix y narinas hacia el final del hocico.
Vía: sharks-world