La pérdida de hielo en Groenlandia se acelera con el paso del tiempo, y nos afecta a todos. Te contamos su evolución y sus causas.
Parece lejano y que no nos incumbe, pero el progresivo deshielo en Groenlandia puede tener efectos globales, ya que podría afectar a países de todos los continentes. La razón es que la pérdida de hielo en Groenlandia se ha multiplicado por siete desde la década de los noventa. Así lo recoge una investigación publicada en la revista Nature, llevada a cabo en la Universidad de Leeds (Reino Unido), dirigida por el científico Andrew Shepherd y basada en 26 estudios diferentes. La capa de hielo de esta isla situada entre el océano Glacial Ártico y el océano Atlántico es especialmente sensible al calentamiento global y ocupa actualmente el 80% de la superficie. Pero esta se está derritiendo a un ritmo alarmante, más rápido que las predicciones que los expertos auguraban.
Los números hablan por sí solos: de los 3,8 billones de toneladas que Groenlandia perdía a principios de los noventa habríamos pasado a los 254 mil millones actuales. Un incremento de hasta siete veces más. Cabe reseñar que en agosto del pasado año se llegó al récord de toneladas perdidas en un solo día: 11 mil millones.
El deshielo en Groenlandia no solo se produce en la superficie (producto de la luz del sol y del aire cada vez cálido) sino también por debajo de los bloques de hielo, debido a las desafortunadamente constantes corrientes de agua cálida.
Consecuencias importantes e impredecibles
- El cambio climático es una realidad que hay que afrontar, ya que el deshielo de Groenlandia sigue aumentando cada año, así como la consecuente subida del nivel del mar que provoca el aumento de fenómenos naturales extremos. Algunos estudios estiman que al final de este siglo el incremento del nivel del mar oscilará entre 0,5 y 1,8 metros, aunque hoy en día este aumento está situado en medio milímetro al año.
- El deshielo está provocando que el agua dulce inunde el Atlántico Norte, por lo que afectaría al clima en Europa. El tiempo sería más abrupto y sufriríamos tormentas más fuertes e impredecibles.
- Algunas zonas costeras sufrirán cada año, de un modo más frecuente, las inclemencias del tiempo: oleadas violentas, lluvias torrenciales, inundaciones esporádicas… el catálogo es amplio. La migración desde las zonas más cercanas a la costa hacia otras latitudes más tranquilas irá sucediéndose paulatinamente.
- Según los estudios, cada centímetro que aumenta el nivel del mar en la tierra, unos seis millones de personas se ven afectadas por inundaciones y temporales. El dato es contundente.
- Actualmente, ya está sucediendo que los gobiernos de los países que se enfrentan a temporales ineludibles están invirtiendo en tecnología e infraestructuras para combatir inundaciones y ventiscas. No es aventurado afirmar que algunas poblaciones muy próximas al mar podrán desaparecer bajo las aguas en un futuro.
- Los planes de choque se suceden mientras aún faltan medidas potentes de concienciación sobre el cambio climático. Muchas personas todavía no son conscientes de la responsabilidad que tenemos todos en la conservación del planeta. Todavía hay personas que reniegan del cambio climático cuando la realidad científica es muy clara: debemos tomárnoslo muy en serio y adoptar medidas para paliarlo.
- Los expertos son muy claros al respecto: hay que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o, en otras palabras, controlar la huella de carbono para que no afecte al calentamiento global. La contaminación sigue creciendo a nivel global y todavía no se ha alcanzado un acuerdo mundial sólido y de envergadura contra el cambio climático.
- Se está estudiando también si el deshielo en Groenlandia influye en la dirección que asumen las corrientes oceánicas. Los últimos cambios en la circulación de mares y océanos hacen intuir que son fenómenos relacionados que pueden afectar a la presencia de especies, al tránsito marítimo mundial y a las temperaturas medias de cada latitud.
- Otra consecuencia es la disminución del albedo, definido como el tanto por ciento de la radiación que la tierra devuelve a la atmósfera. Este fenómeno también conserva el calor y puede dar lugar a un aumento de las temperaturas.

Temperaturas elevadas poco usuales en Groenlandia
Groenlandia está sufriendo un aumento de la temperatura media en toda la isla, por lo que su biodiversidad se está viendo transformada. Cabe destacar que hoy día el hábitat acuático es muy rico, diverso, único y extraordinario. Esta subida generalizada de temperatura afecta directamente a la fauna y flora marina de la isla, que puede verse mermada.
Los expertos advierten de que estamos llegando al «punto de inflexión» a nivel de temperaturas. El hielo se derrite a un ritmo casi exponencial, cuatro veces más veloz que hace dos décadas. Este concepto es clave, pues una vez llegado al punto de inflexión, un pequeño aumento de la temperatura podría resultar especialmente desastroso y dar lugar a un deshielo súbito de consecuencias desconocidas. El nivel del mar podría aumentar de forma abrupta afectando a países que ya han vivido las peligrosas consecuencias de la subida del nivel del mar y los temporales aparejados.
Resumiendo, todos los estudios científicos e indicios naturales apuntan a que el deshielo en Groenlandia seguirá su curso durante los próximos años, lo que revertirá en un progresivo calentamiento global. ¿Será capaz el ser humano de revertir la tendencia para que no afecte negativamente a las poblaciones costeras? O una pregunta todavía más pertinente: ¿estamos haciendo todo lo posible para ello?

Vía: fundacionaquae