Incendios amenazan a la Antigua Olimpia en Grecia

Las autoridades realizaron un importante despliegue de fuerzas cerca del pueblo de la antigua Olimpia para proteger los restos arqueológicos del lugar en el que se celebraron los primeros Juegos Olímpicos.

La localidad, normalmente llena de turistas, y seis otras localidades cercanas fueron evacuadas. Más de 170 bomberos, unos cincuenta vehículos y seis helicópteros e hidroaviones combatían las llamas este jueves, ayudados por el ejército.

Un despliegue similar se llevó a cabo en la inmensa isla de Eubea, a unos 200 km al este de Atenas, para intentar controlar un violento incendio que se declaró el martes en un terreno montañoso y arbolado. Las elevadas temperaturas de estos últimos días agravan la situación.

Atenas amanece cubierta de humo y de ceniza. La densa nube negra pasa por encima de la Acrópolis y se extiende hasta el Peloponeso. Huele a quemado en toda la ciudad. La poca gente que hay por la calle lleva mascarilla, aunque desde junio no es obligatoria en espacios abiertos. Atenas habitualmente es una ciudad muy viva y ruidosa; este miércoles impresiona el silencio. Protección Civil pide a la población que no salga de casa.

En Grecia, el segundo confinamiento domiciliario por la pandemia de coronavirus se extendió de noviembre de 2020 a mayo de 2021. “Solo nos faltaba confinarnos en verano”, dice con sorna Lena, violinista de Salónica que pasa unos días en Atenas visitando a unas amigas. “Pero qué remedio. Hay partículas tóxicas en el aire”, añade. Han llegado los incendios, un verano más. Pero la ola de calor que los ha atizado no es nada habitual: es la mayor que ha sufrido Grecia en décadas.

Quedarse en casa no es tan fácil para mucha gente. Diez municipios de la periferia de Atenas están sin luz debido a los fuegos y otros seis sufren un apagón por sobrecarga de la red eléctrica. Por si fuera poco, otras seis localidades están sin agua porque las llamas han quemado varias bombas de abastecimiento. Una parte de la población debe permanecer en el interior de las viviendas con las ventanas cerradas, sin poder poner el aire acondicionado o un ventilador, mientras la temperatura vuelve a superar los 42 grados. Nikos, un marinero jubilado que vive en Neos Kosmos, un barrio de Atenas, quita con la mano un poco de polvo de encima de su destartalado coche y maldice en voz alta. Ha pasado el día entero sudando en casa. No tiene aire acondicionado y no podía abrir las ventanas para que no entrara el humo.

La situación está fuera de control en toda Grecia. En Eubea, una de las islas más grandes del país, el fuego ha quemado más de 150 casas a lo largo del día. Trece pueblos evacuados. La lengua de fuego llegó hasta las playas. Cientos de bañistas escaparon como pudieron en barcas. Eleni, una maestra de primaria que vive en Psajná, pueblo de Eubea situado a 20 kilómetros de la zona de los incendios, cuenta que por la mañana no se veía el sol. “Es como si fuera de noche. El humo es tan denso que no se ven las calles. Estamos encerrados en casa, no se puede hacer nada”, cuenta por teléfono.

Por la tarde se avivan las llamas de otro incendio. En la antigua Olimpia, cuna de los juegos que llevan su nombre, un alcalde entra por teléfono en la emisión en directo de la televisión pública ERT1 y pide desesperado a sus vecinos que se marchen de sus casas. “Entiendo la rabia y las ganas de salvar vuestras casas, pero no merece la pena. Es muy peligroso”, dice casi gritando.

En Jalquidiquí, cerca de Salónica, hay otro incendio de grandes dimensiones. Otro más en Kozani. Y otro en Kilkis. Se han registrado 118 en toda Grecia en 24 horas, aunque la mayoría son pequeños y se extinguen rápidamente.

El fuego que afecta a Atenas comenzó la tarde del martes 3 de agosto. Empezó en Varimpompi, suburbio de Atenas, en el municipio de Acarnas, situado en las faldas del Parnés, uno de los tres macizos montañosos que rodean la capital helena. Es una zona de viviendas unifamiliares rodeadas de bosque de pinos y matorral. El fuego se propagó debido a que la vegetación está más seca de lo habitual. Desde hace más de una semana, Grecia soporta una ola de calor como hacía décadas que no se recordaba. Por el día las temperaturas rondan los 45 grados (el martes se registraron 47,1 grados en Lagadas, ciudad al norte del país); por la noche no bajan de 33. El poco viento que hay es seco y caliente. No refresca.

Vía: https://elpais.com/

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