Quién no se ha quedado al menos una vez fascinado por los colores que era capaz de observar, o quizás de intuir mientras veía un atardecer, o mientras veía los rojos anaranjados de un crepúsculo. Sea cual sea la parte de la Tierra en la que vivimos, montaña, mar…en el cielo se nos presentan a veces colores que van desde el azul marino ultramar hasta colores rosados. La variabilidad de la imagen es tan grande que nunca se reproduce exactamente.
La puesta de Sol desde San Francisco, California. 24 de junio de 2015 Crédito: Mila Zinkova
La puesta de Sol desde Sicilia, Italia. 23 de junio de 2015 Crédito: Marcella Giulia Pace
La puesta de Sol desde Estocolmo, Suecia. 24 de junio de 2015 Crédito: Johan
Al atardecer, el camino que la luz solar recorre dentro de la atmósfera es mas largo, los rebotes sucesivos en unas partículas y otras hacen crecer la probabilidad de que la luz acabe chocando con una partícula absorbente y desaparezca, de manera que incluso la parte amarilla es afectada y difundida y solo los rayos rojos, los más direccionales, siguen un
camino casi rectilíneo.