El Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno de los Estados Unidos, organismo encargado de la investigación y auditoría de las actividades gubernamentales norteamericanas, presentó un informe que demuestra que la Administración Bush ha manipulado y censurado sistemáticamente los datos científicos relacionados con el calentamiento global.
En el curso de la investigación, que llevó casi un año y medio, se examinaron más de 27 mil páginas de documentación, en su mayoría de acceso restringido, y se realizaron numerosas entrevistas y audiencias al personal involucrado. La evidencia analizada por el Comité permite llegar a una conclusión lapidaria: el gobierno de George W. Bush ha realizado un esfuerzo sistemático para manipular la información científica sobre el cambio climático, y engañar a los políticos y al público en general sobre los riesgos del calentamiento global.
Las agencias gubernamentales de la Casa Blanca han censurado los testimonios del Congreso sobre las causas y efectos del calentamiento global, controlaron el acceso de los medios a la información y editaron los informes científicos federales para agregar incertidumbre en las discusiones sobre el cambio climático y minimizar las amenazas al ambiente y a la economía.
Una práctica común del gobierno de Bush ha consistido en regular las solicitudes de entrevistas de los medios de comunicación, a quienes se les presentaba únicamente a un grupo de científicos que apoyaban el punto de vista oficial, evitando los reportajes a hombres de ciencia que no compartían dicha postura.
Los testimonios de numerosos congresistas también fueron editados para evitar dejar constancias en las actas oficiales del Congreso los riesgos del calentamiento global. El Consejo de Calidad Ambiental del gobierno se encargaba de modificar los testimonios escritos más comprometedores antes de ser presentados ante el Congreso, en un acto de censura sin precedentes.
La investigación del Comité auditor comparó los textos originales con los que fueron finalmente presentados, encontrando al menos 294 cambios realizados con el evidente objeto de exagerar o enfatizar las incertidumbres científicas, o bien para disminuir la importancia del rol de la actividad humana en el calentamiento global.
La intromisión del gobierno en cuestiones que deberían ser puramente científicas ha alcanzado niveles escandalosos. De acuerdo a las indagaciones del Comité, 150 científicos federales de ocho organismos del gobierno experimentaron personalmente al menos un incidente de interferencia política sobre su trabajo, en los últimos cinco años.
El informe completo de 33 páginas (en inglés) se puede descargar en formato PDF desde el sitio web del Comité. Entretanto, la respuesta oficial del gobierno de Bush ha sido poco menos que bochornosa: Dana Perino, Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, se apresuró a negar todo lo expuesto en el informe, aunque luego tuvo que reconocer públicamente que todavía no lo había leído.
¿Por qué razón la Casa Blanca querría alterar información científica? El informe del Comité deja entrever algunos de los motivos: «En 1998, el Instituto Americano del Petróleo elaboró un Plan de Comunicación en donde se afirmaba que ‘alcanzarían la victoria si consiguiesen sembrar entre los ciudadanos la incertidumbre sobre el cambio climático, y que el reconocimiento de esta incertidumbre formase parte del punto de vista convencional del público’. La Administración Bush ha seguido al pie de la letra el Plan de Comunicación de la industria del petróleo».
12 Comments
Nuestroclima
Dario: Hace un tiempo publicamos una nota sobre el libro de Mark Lynas, titulada Seis grados de temperatura. Te invitamos a leerla y opinar allí al respecto.
Eduardo Ferreyra
El Sr. James Hansen de la NASA/GISS se quejó de que el gobierno le censura. Sin embargo, tan sólo en 2007 y 2008 el Sr. Hansen ha sido entrevistado 1740 veces por la prensa, donde él se explaya de la manera que más le gusta: mintiendo sobre los efectos futuros del calentamiento.
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Lo úncio que el gobierno le dijo, que publicase lo que le venga en ganas, pero que no lo haga en nombre de la NASA, porque es un empelado del gobirno que debe seguir la política del gobierno que le paga su sueldo y le financia sus investigaciones.
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Dada las veces que se lo ha sorprendido a James Hansen cometiendo «errores» en el manejo de los datos (manipulación deshonesta para probar su teoría) el gobierno podía haberlo despedido de su puesto. No lo hizo, y le ha seguido permitiendo que el Sr. Hansen viaje a Inglaterra a prestar testimonio a favor de los vándalos que causaron daños en una central eléctrica que quemaba carbón. Hansen está de acuerdo con la teoría de que se puede causar un daño si se hace para evitar un daño mayor. Es una partidario de la filosofía nazi de que «el fin justifica los medios».