El pequeño municipio de Pulpí alberga uno de los tesoros más preciados de España: la Geoda de Pulpí, la segunda más grande del mundo, que, gracias al trabajo de diversos expertos, se ha abierto recientemente al público.
La localidad almeriense de Pulpí es algo más que un pueblo español más de 9.000 habitantes. Entre sus fronteras se oculta bajo tierra uno de los tesoros más sorprendentes de España y uno de los más preciados del mundo: una gigantesca geoda de unos ocho metros de largo y dos de altura tapizada por enormes cristales de yeso.

Este mineral, que es conocido como “la Geoda de Pulpí”, se encuentra en la Mina Rica, ubicada junto a la pedanía de Pilar de Jaravía en la Sierra de Aguilón, un paraje con una dilatada historia minera que algunos expertos creen que comenzó desde la edad prehistórica.
A pesar de las innumerables galerías y excavaciones para encontrar metales preciosos, la geoda quedó casi intacta hasta 1999. En ese año, un grupo de mineralogistas de Madrid se adentró a 60 metros de profundidad en una mina abonada para recoger muestras. En un momento dado, uno de los miembros cambió de posición una escalera de madera para acceder a un pocillo que contenía unos cristales de yeso rotos por una anterior excavación. Sin embargo, al retirarlos, el experto observó que la cavidad se prolongaba más allá de lo que la vista le permitió alcanzar. Una cavidad repleta de enormes cristales de yeso como el que encontraron roto y que impidieron a los mineralogistas adentrarse en aquel momento. Se había descubierto la Geoda de Pulpí.

Apertura de la Geoda
Meses después del hallazgo, la noticia llegó a conocimiento de la Universidad de Almería, que contactó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Esta institución, junto al ayuntamiento de Pulpí y la Agencia de Medio Ambiente, decidió clausurar el acceso a la mina con el fin de preservarla.
Esta situación continuó hasta el 2019, año en el que Juan Pedro García, alcalde de Pulpí, junto al presidente de la Diputación, Gabriel Amat, pusieron las primeras piedras de la obra que permitiría a los ciudadanos visitar la geoda.
Ahora, esas obras ya están acabadas y la mina abrió sus puertas el 29 de julio de este año con un éxito rotundo. Solo la primera semana, 300 personas visitaron las instalaciones y miles de curiosos hicieron sus reservas hasta agotar toda posibilidad de visitar la geoda durante el mes de agosto. Algo que “superó con creces las expectativas” de los organizadores, pero que no es de extrañar, pues dentro de la Mina Rica se encuentra la segunda geoda más grande del mundo, por detrás de la de Naica (México) que se descubrió unos meses después.

Visitar la geoda
Para poder contemplar la geoda, los visitantes deberán pedir una cita previa en la página web que el ayuntamiento tiene habilitado para ello. Una vez que se obtenga la fecha, aquellos que se atreven a adentrarse al interior de la tierra lo deberán hacer en pequeños grupos de 12 personas acompañados de dos guías que les “irán detallando el importante legado minero del municipio y los utensilios de época que quedaron clausurados en la mina tras su cierre”.
El broche final del recorrido de 90 minutos estará presidido por la geoda, “la joya natural más importante de nuestra provincia y de todo el continente europeo”, tal y como recuerda el ayuntamiento de Pulpí.
Sin embargo, Mila Carretero, geóloga y coordinadora de las visitas puntualiza que, aunque la geoda sea el mayor atractivo de la visita, hay más atractivo natural que contemplar. “Todo el mundo viene a visitar la geoda, pero se encuentra con una mina. Una mina impresionante con muchísimos minerales que observar”, declara.

Desde el punto de vista estructural se pueden contemplar superficies de falla y numerosas formaciones como espeleotemas de epsomitas y de calcitas o neoformación de minerales como las barbas de yeso. Incluso, dentro de la mina se puede apreciar entre las galerías algunas celestinas peculiares encerradas en cristales de yeso.
Llegado este punto, no hace falta seguir explicando las razones por las cuales la Geoda de Pulpí es uno de los mayores patrimonios de España. Una formación descubierta por casualidad en la que el agua jugó un papel fundamental y que ahora, gracias al trabajo de científicos y organismos, puede ser visitable. No pierdas la oportunidad de verla porque, tal vez de también casualidad, te puedas enamorar de ella.
Vía: elagoradiario