Con el objeto de detener el avance de la desertificación, 25 naciones del norte de Africa están actuando en conjunto para llevar a cabo un ambicioso proyecto: erigir la «Gran Muralla Verde», una franja de árboles que atravesará el continente de punta a punta, desde el Océano Atlántico hasta el Indico. La Gran Muralla Verde tendrá 7000 kilómetros de longitud y 5 kilómetros de ancho, para lo cual deberán plantarse más de 70 millones de árboles durante los próximos seis años.
Los primeros pasos del proyecto son también los más difíciles. Ya se han seleccionado las tres especies de árboles que se plantarán de acuerdo a las condiciones particulares de cada región. Se trata de variedades de acacias sumamente resistentes y que requieren muy poca agua para subsistir, ya que en las cercanías de los desiertos del Sahara y del Sahel sólo llueve de manera escasa durante tres meses del año. Por fortuna, el escollo político ha sido superado hasta el momento, ya que todos los países que colaboran con la creación de la Gran Muralla Verde comprenden la necesidad e importancia de resolver con urgencia un problema que afecta a todos por igual.
Las naciones participantes del proyecto forman parte del CEN-SAD (Comunidad de Estados del Sahel-Sahara), los más perjudicados por el hasta ahora imparable aumento de las regiones desérticas. Cabe destacar que la población de esos países es principalmente rural, y la conservación de los recursos naturales y los ecosistemas resultan cruciales para su desarrollo. La degradación de los suelos constituye el principal factor de pobreza en todo el norte de Africa. La expansión de los desiertos amenaza la subsistencia de millones de personas: cada año se pierden 10 millones de hectáreas de terrenos cultivables debido a la desertificación.
El presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, es un ferviente defensor de la Gran Muralla Verde y su nación ha comenzado con la plantación de especies de árboles resistentes a las sequías, ocupando a más de 2000 personas y habiendo plantado hasta el momento más de 5000 hectáreas. Sin embargo, los árboles plantados desde el año 2005 apenas han crecido hasta medio metro de altura, y necesitarán unos 20 años para desarrollarse por completo y detener con efectividad el avance del desierto.
Pese a todo, el presidente de Senegal mantiene su optimismo ante una obra que considera una futura fuente de prosperidad para su pueblo: «Con la regeneración de biodiversidad, planeamos darle un nuevo pulmón verde a nuestro planeta y contribuir a la lucha contra el cambio climático. A lo largo de la Gran Muralla Verde planeamos construir represas para retener el agua y lograr que los agricultores produzcan alimentos durante todo el año, desarrollar criaderos de peces para satisfacer las necesidades nutricionales de la población e incluso exportar productos alimenticios.» Debido al éxito logrado en iniciativas previas tendientes a la detención de la desertificación, Senegal se ha constituido en el principal consultor técnico del proyecto de la Gran Muralla Verde.
La iniciativa fue impulsada originalmente en el año 2005 por el ex presidente de Nigeria Olusegun Obasanjo. Aunque su idea fue recibida con entusiasmo, la mayoría de los países africanos no disponían de los fondos necesarios para participar en el proyecto. Sin embargo, recientemente la Unión Europea y el Banco Mundial se comprometieron a aportar los recursos económicos que aseguren la concreción de la Gran Muralla.
Aunque la crónica inestabilidad política de los gobiernos africanos puede convertirse en un serio obstáculo en esta clase de emprendimientos a largo plazo, posiblemente la falta de fondos -la mayor de las dificultades- haya sido completamente superada gracias a los aportes del Banco Mundial y la Unión Europea. En el caso de estos últimos, la inyección de dinero para la Gran Muralla Verde no tiene un fin altruista, y paradójicamente tal vez eso permita completar la obra con éxito. Los europeos apuestan a la creación de la Gran Muralla Verde para detener la migración de miles de africanos que año tras año intentan establecerse en los países desarrollados del Norte, huyendo de la pobreza y la miseria de su tierra natal.
26 Comments
mariela a
Me parece una muy buena iniciativa,otros sitios podrian imitarla,y evitar que avance el desierto en varias zonas de nuestro pais,pero para eso es necesario decisiones politicas,que creo,no la tenemos lamentablemente…..
FLAVIA
Muy buena esta idea sobre la «muralla verde», ojalá que en el tiempo que proponen llevar adelante este emprendimiento la situación económica y política de estos países mejore para que la idea prospere y haber si aquí en nuestro país nos ponemos las pilas para que no sigamos destruyendo la masa forestal en pos de beneficios económicos para unos pocos y tengamos que copiar la idea para el futuro, sino ¿qué le dejamos a las generaciones venideras?.
julia
qué buena noticia!
por fin alguien hace algo para contrarrestar la deforestación
además, ésto sí que es «enseñar a pescar», en vez de darle los pescados…
creo también que el proyecto tiene posibilidad de concretarse porque les conviene mucho a los europeos y, en definitiva nos beneficiaremos todos.
gabriel
la idea esta muy buena espero que acá suceda lo mismo algun día y no roben tanto.
eduardo
me pone muy feliz que en otros paises traten de ganarle terreno al desierto,todo lo contrario de lo que hacemos por estos pagos,que gracias a la vendita soja estamos creando un desierto nuevo todos los dias,ya que no dejamos montes naturales en pie.creo que es una muy buena iniciativa que debemos tener en cuenta para el futuro,ya que de seguir a este ritmo nos vamos a ver rodeados de verdaderos desiertos.
Roberto Alonso PAcheco Maldonado
Esta gran muralla verde es responsabilidad de todos los paises del mundo, en especial de los europeos que asolaron el continente africano, depredaron sus recursos e esclavizaron a sus gentes y aún hoy lo hacen en el nombre de su pretendida civilización