Debido a la necesidad de utilizar energías limpias para evitar la contaminación y dejar de afectar al medio ambiente, se han investigado distintas fuentes de energía que son amigables y que pueden funcionar como sustituto de las energías no renovables.
Una de estas energías es la del mar, precisamente la energía producida por la fuerza de las olas y se le conoce como energía undimotriz.
Debido a que las olas se generan por el efecto del viento sobre la superficie de los mares y los océanos, es posible aprovecharlas para convertirlas en una energía libre de emisiones de CO2.
Entre sus ventajas está que las olas tienen la mayor densidad de energía, siendo capaces de generar hasta mil veces más energía que el viento, además de que puede ser capturada en la superficie y en el fondo del mar siguiendo su fuerza.
Las estaciones de los sistemas para capturar la energía requieren un mantenimiento mínimo, pues existen pocas piezas móviles. Otra ventaja es que no requiere de suministros extras y tampoco produce desechos, sólo hay que asegurar que el equipo resista las olas del mar en condiciones extremas y en lugares remotos.
Un gran ejemplo a seguir en este método es Australia, que tiene 3 boyas sumergidas en el mar y produce energía eléctrica utilizando la fuerza de las olas. El movimiento hace que las boyas se muevan y éstas activen a su vez unas bombas que lanzan agua a presión, activando unas turbinas.
También hay una planta de desalinización del agua de mar, lo que a su vez funciona para potabilizar el líquido, lo que le da al proyecto múltiples funciones además de sólo generar energía eléctrica.
Gracias a este proyecto se entiende lo valiosa que puede ser la energía undimotriz al colocarse como una alternativa ecológica, multifuncional y práctica, que puede llegar a muchas personas, principalmente en ciudades de la costa.
Vía: pensemosverde.