Tal vez las nebulosas son populares porque en ellas reconocemos formas familiares. Podrían serlo tanto como quizá lo son los gatos por meterse en problemas.
Sin embargo, aun cuando los felinos son animales capaces de asombrosas proezas, ninguno habría podido dejar este enorme rastro (ver la imagen al pie de la entrada), conocido como la Nebulosa de la Pata de Gato, visible en la constelación del Escorpión.
La Pata de Gato, situada a 5 mil 500 años-luz de distancia, es una nebulosa de emisión cuyo color rojo se debe a la abundancia de átomos de hidrógeno ionizados (en la imagen de la derecha, la Nebulosa Trífida, otro ejemplo de nebulosa de emisión).
A veces conocida como la Nebulosa de la Garra de Oso o NGC 6334, durante los últimos millons de años han nacido en su seno estrellas con casi diez veces la masa del Sol.
La fotografía mostrada más arriba es una imagen de campo profundo de la Nebulosa de la Pata de Gato.
Vía: elsofista.blogspot.