Inmensos enjambres de langostas, capaces de abarcar hasta 2.400 kilómetros de territorio cada uno, están invadiendo el Cuerno de África, la Península Arábiga y el suroeste de Asia desde octubre de 2019.
Según informa la FAO, se trata de una crisis sin precedentes que está amenazando la capacidad alimentaria de muchos países, tanto en el presente como en el futuro. Para hacernos una idea de la magnitud de la crisis, solo en el África oriental se estima que 25 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria aguda en la segunda mitad de 2020.
“Un solo enjambre puede comer la misma cantidad de alimento en un día que 35.000 personas”, advierten los expertos del Instituto de Recursos Mundial (WRI, por sus siglas en inglés) y de la FAO, que además apuntan que este es un ejemplo de los problemas que puede causar el cambio climático en un futuro, ya que la plaga está exacerbada por este fenómeno.
Ante este importante desafío, datos, como los que ofrece algunas plataformas mundiales, como el WRI, adquieren un importante valor en materia de prevención futura. En este sentido, este instituto mundial ha mostrado recientemente al mundo los países más vulnerables por esta plaga.

“Los datos de la Red de Sistemas de Alerta Temprana de Hambruna señalan los puntos con mayor actividad de las langostas, que coinciden además con países que experimentan elevados niveles de seguridad alimentaria y de emergencia”, indica el WRI.
En el Cuerno de África, Kenia, Etiopía y Somalia son los puntos calientes de la región. Según el WRI, el problema añadido de estos países es que llevan arrastrando desde hace décadas altos niveles de inseguridad alimentaria, con 11,9 millones de personas en riesgo, creada a raíz de la escasez de producción y de los altos precios de los alimentos.
“Los aumentos de los precios de los alimentos pueden tener efectos devastadores en los hogares rurales de los países en desarrollo ya que estos hogares invierten un gran porcentaje de sus ingresos en alimentos. Si las reservas de comida disminuyen aún más por las langostas, este problema alimentario se agudizará”, comentan desde el WRI.
A lo largo de la costa del Mar Rojo, Yemen y Arabia Saudí son los países que están siendo más devastados por las langostas El primero de esos dos países es quien peor lo va a pasar en un futuro debido a que tiene la segunda puntuación de hambre más alta entre 117 países en el Índice Global del Hambre.

“Los datos muestran una tasa de retraso en el crecimiento del 61,1% en niños y una tasa de emaciación del 17,9% en Yemen. Con una inseguridad alimentaria y déficit de nutrición tan generalizados, es fundamental proteger los recursos alimentarios existentes ante los brotes de langosta”, informan desde el WRI.
Por otro lado, la guerra civil que están sufriendo actualmente en el país está aumentando la dificultad para contener la plaga de langostas y, además, está incrementando el estrés alimentario. Estos factores unidos han provocado que el Informe Global 2020 sobre Crisis Alimentarias sugiera que Yemen probablemente experimente la peor crisis alimentaria del mundo en 2020.
Arabia Saudí por su parte, si bien está amenazada por la crisis de langosta, los datos del WRI apuntan que está mucho mejor preparada para sobrepasar el problema ya que tiene un clasificación de bajo riesgo en el Índice Global del Hambre.
Las langostas pueden llegar a España
Tal y como ha informado el WRI, los países que han señalado como los más vulnerable no son los únicos que podrían sufrir enjambres de langostas en el futuro ya que estos insectos podrían desplazarse a las nuevas regiones cálidas que está creando el cambio climático.
España, por sus nuevas condiciones meteorológicas, climatológicas y atmosféricas podría ser uno de esos focos, según el doctor Óscar Soriano, entomólogo e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (MNCN-CSIC).
Las plagas podrían provenir de África u originarse dentro de nuestras froterasDe hecho, en el pasado nuestro país ya sufrió varios brotes de langostas, tal y como recoge la publicación Las Langostas en España, que figura en la biblioteca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y que concluye que “una vez se manifiesta con toda su virulencia” es “muy difícil de combatir“.
Las últimas plagas de la que se tiene constancia en España tuvieron lugar en 1987 y en 2006, por la llegada de langostas procedentes del norte de África.
Para que se inicie una plaga, lo primero que debería ocurrir es que nos encontremos en un año húmedo para que la plaga pueda proliferar por la abundancia de alimento y que después se desplace al norte de África. “Si se dan también corrientes de aire favorables, que ya se han dado, pueden llegar a Reino Unido e, incluso, cruzar el Atlántico”, añade Óscar Soriano.
En segundo lugar, puede darse una plaga de langostas endémicas. Barajas, por ejemplo, puede sufrir plagas de saltamontes que se pueden extender si no se controlan. Por suerte, el experto explica que en los aeropuertos existen cetreros precisamente evitar plagas de saltamontes y ahuyentar a las aves depredadoras que pueden poner en peligro los vuelos.
De todos modos, si se inicia una plaga, sería muy difícil que proliferase fuera de las mesetas debido a la incapacidad de estas por superar las barreras montañosas naturales.

Vía: elagoradiario