Las nubes lenticulares son un fenómeno meteorológico que puede llegar a ser bastante espectacular. Además de conferirles una gran belleza, su aspecto en forma de disco más o menos abombado hace las delicias de avistadores de ovnis con poco o ningún interés en aprender algo sobre meteorología antes de anunciar a bombo y platillo una invasión extraterrestre.
En realidad la formación de este tipo de nubes es un fenómeno relativamente frecuente y bastante sencillo de comprender a poco que se manejen algunos conocimientos científicos básicos, así que si se animan trataremos de explicarles dónde, cómo y porqué aparecen.
Aunque en determinadas condiciones las nubes lenticulares pueden formarse en lugares llanos, lo más común es que lo hagan cerca de zonas montañosas. Lo primero que hace falta es una masa de aire desplazándose hacia una montaña a una velocidad de unos 30 km/h (un viento razonablemente fuerte) y lo segundo es una inversión térmica que llegue hasta los cuatro o seis kilómetros de altura y que comience cerca de la cima.
En una inversión térmica la atmósfera presenta una capa de aire con temperatura superior a la capa que se encuentra justo debajo de ella. Esta situación no es la habitual, pues la temperatura del aire disminuye con la altitud, pero a veces ocurre en una noche despejada cuando la temperatura del suelo llega a ser tan baja que el calor que absorbe éste de las capas inferiores de la atmósfera hace que se enfríen más rápidamente que las capas superiores, provocando que cerca del suelo el aire esté más frío que a una cierta altura.
Lo importante es que, en una inversión térmica, debido a la diferencia de densidades la capa de aire cálido (que no “caliente”) es muy estable en cuanto al movimiento vertical, es decir, si el aire frío que está debajo trata de hacerla subir ella intentará volver a bajar y viceversa.
Fotografías: Sigríður B Vilhjálmsdóttir, Gary Randall, Manu-fotos, David Curtis Vía: lacienciaysusdemonios
1 Comment
Silvia
Hola. Me encanta lo que publican. Maravillosas fotos de este mundo adonde aún la naturaleza nos sigue premiando. Gracias por permitirnos admirarla y por enseñarnos astronomía a pesar de que en mi caso es ruso primitivo.