Un aumento de medio grado en el agua es suficiente para que el coral comience a sufrir los efectos del incremento en su cuerpo. Un incremento que matará al ser vivo en pocas semanas, dejando tras de sí el esqueleto, que se cubrirá posteriormente de algas y bacterias.
Las olas de calor marinas, que se han vuelto más comunes durante los últimos años, están afectando en mayor medida a los corales de lo que se pensaba, según un estudio realizado por investigadores de distintas universidades de Australia. Este hecho, junto a los contaminantes que los están matando, está provocando que los corales se encuentren junto a las especies más amenazadas del planeta.

Según el estudio, las olas de calor marinas severas no solo desencadenan eventos de blanqueamiento como los conocemos y un colapso de la simbiosis, sino que, de hecho, pueden, conducir a la mortalidad inducida por el calor del animal coralino. Un aumento de 0.5 grados centígrados, destacaron, es suficiente para lograr que el coral se descomponga en pocas semanas.
“Hasta ahora, hemos descrito el blanqueamiento de los corales como un evento en el que la relación simbiótica entre el coral y sus microbios se rompe y los corales pierden su principal fuente de nutrición, y el coral puede morir si no se restablece la simbiosis”, comenta Tracy Ainsworth, profesor de la Universidad de Nueva Gales de Sur y principal autor de la investigación.

“Pero lo que estamos viendo ahora es que los eventos severos de las olas de calor marinas pueden tener un impacto mucho más severo que el blanqueamiento de los corales: las temperaturas del agua son tan cálidas que el animal coralino no se blanquea, en términos de pérdida de su simbiosis, el animal muere y su esqueleto, que se cubre en poco tiempo por algas y bacterias, es todo lo que queda “, añade el investigador.
Las altas temperaturas matan al animal y dejan al descubierto su esqueleto, que en poco tiempo se cubre de bacterias y algasPara poder llegar a estas conclusiones, los científicos de la Universidad de Tecnología de Sydney utilizaron técnicas bioópticas novedosas que les permitieron visualizar y estudiar la rápida transición en el microbioma de coral por primera vez.
“Pudimos estudiar las consecuencias de este proceso de colonización rápida bacteriana usando la tomografía computarizada del esqueleto de coral, como se usaría en imágenes médicas. Mostramos que este proceso es devastador no solo para el tejido animal, sino también para el esqueleto que se queda atrás, que se erosiona y debilita rápidamente “, explica Bill Leggat, profesor de la Universidad de Newcastle y coautor del texto.
Para David Suggett y la Doctora Emma Camp, el uso de este tipo de técnicas será fundamental para comprender cómo ocurre este proceso en los arrecifes a nivel mundial y poder establecer protocolos de actuación: “Si anticipamos los eventos de mortalidad por olas de calor y la rápida descomposición de los arrecifes, podremos ayudar a estos seres”.

De este modo, tal y como informa Dr. Scott Heron, de la Universidad James Cook, pudieron conocer un proceso desconocido hasta la fecha.
Con estos datos, el profesor Ainsworth destaca que ahora el siguiente paso es motivar al público para que conozcan esta problemática y presionar a las autoridades y gobiernos con el fin de que establezcan más mecanismos para proteger “unos seres de gran importancia biológica”.
“En todo el mundo, los arrecifes de coral siguen siendo una fuente de inspiración y asombro, además de ser de vital importancia para las comunidades que dependen de ellos. Dado que la degradación de los arrecifes de coral provocará el colapso de los servicios ecosistémicos que sustentan a miles de millones de personas, necesitamos acciones urgentes a nivel mundial y local que protejan y conserven estos lugares verdaderamente maravillosos “, concluye el profesor.

Vía: elagoradiario