Los incendios forestales no son sólo una catástrofe ambiental

También son un problema de seguridad ciudadana vinculado al cambio climático, el abandono del campo y la urbanización. 
Los incendios forestales ya no son sólo una catástrofe ambiental, sino también un problema capital de seguridad ciudadana. La influencia del cambio climático, el abandono del campo y la expansión de las urbanizaciones generan incendios de una dimensión desconocida. Pero si sólo se refuerzan los medios de extinción, generamos un bucle del que únicamente se puede salir cambiando de estrategia, lo que implica un cambio social.
 El verano de 2017/ 2018 será recordado por los virulentos incendios acaecidos en diferentes partes del planeta, pero con un denominador común: la grave afección a bienes y personas.

Ya en junio pasado, la opinión pública quedó muy afectada por las noticias del Gran Incendio Forestal que asoló Portugal, cobrándose múltiples vidas humanas. A este desastre le siguieron otros en California, Galicia, nuevamente Portugal y por supuesto en las cumbres de Gran Canaria. Los incendios forestales están dejando de ser sólo una catástrofe ambiental, para convertirse también en un problema capital de seguridad ciudadana.

Sin duda nos enfrentamos ante un fenómeno que en absoluto es casual, sino que manifiesta una peligrosa tendencia: La influencia del cambio climático, el abandono del campo  y la expansión de las urbanizaciones en entornos sin gestión preventiva,  generan las condiciones perfectas para que los incendios cobren una peligrosidad desconocida hasta hace poco.


Es urgente primeramente hacer una reflexión sobre la inversión en materia de Prevención y Extinción de Incendios Forestales. Cada vez que nos asola un Gran Incendio Forestal (GIF), se pone en entredicho el dimensionado de  los medios de extinción, concluyéndose con que son insuficientes y que por tanto urge incrementarlos.Si hacemos una retrospectiva de la evolución de los medios de extinción en los últimos años, se constata que éstos se han incrementado a golpe de  grandes incendios forestales. La presión sobre los políticos es tal, que tras un GIF se ven prácticamente abocados a gastar todo el dinero disponible en aportar nuevos medios de extinción y en inversiones de restauración de las zonas quemadas (inversión en lo negro).Todo esto va en detrimento de la Gestión del Territorio y las inversiones en prevención (inversión en lo verde).  Lo más preocupante de todo es que el dinero gastado en la extinción de un Gran Incendio Forestal no mejora las condiciones de seguridad del resto del territorio para el próximo verano, que sigue teniendo todas las papeletas para ser pasto de las llamas.

Medios suficientes

El combate de los Incendios Forestales no se entiende actualmente sin el concurso de los medios aéreos.  En el caso que la gravedad del GIF lo requiera, el Ministerio va despachando medios (principalmente hidroaviones, que llegan en pocas horas desde sus bases peninsulares) y combatientes (de la Unidad Militar de Emergencias-UME), que por su experiencia y número de efectivos, son un apoyo impagable.

Urge por tanto reconocer, que tenemos medios de extinción más que suficientes. No debemos olvidar sobre todo, que los Grandes Incendios Forestales están durante gran parte del tiempo en la situación de “Fuera de Capacidad de Extinción”. 

Esto significa, que por más medios humanos y materiales que se implementen, la potencia del fuego es tan descomunal, que no se puede detener el avance del fuego.

Gran parte del agua vertida en estas situaciones por los medios aéreos casi no llega al suelo. En tierra, las brigadas se enfrentan a situaciones de riesgo extremo, teniendo que realizar maniobras muy peligrosas y que no siempre salen bien.

Declive del sector primario

Haciendo un análisis más profundo, se constata que el verdadero origen de los Grandes Incendios Forestales está vinculado al declive del Sector Primario. La ausencia de agricultura, ganadería y silvicultura, nos ha creado un paisaje más naturalizado, pero altamente inflamable.

Entramos ahora en la esencia del problema. Si toda la inversión para la lucha contra los incendios forestales se centra en el refuerzo de los medios de extinción, generamos el siguiente bucle:

  • A falta de gestión en el medio rural se generan unas estructuras vegetales altamente inflamables, con ausencia de discontinuidades y acumulación de gran cantidad de material seco.
  • Esta situación deriva en que una parte cada vez más apreciable de  los conatos y pequeños incendios  evolucionen rápidamente hacia Grandes Incendios Forestales-GIF.
  • El incremento del número y la virulencia de los GIF genera una presión social, para que se incrementen  los medios de extinción.
  • La inversión en más medios de extinción resta financiación a los ya exiguos presupuestos para prevención.
  • La falta de inversión en trabajos de prevención genera estructuras vegetales altamente inflamables. Y volvemos al inicio: el bucle continúa hasta el sinsentido en el que nos hallamos inmersos.
  • Los técnicos hablamos de la “Paradoja de la Extinción”, que viene a decir, que mientras más medios tenemos para combatir los incendios y más eficaces somos en la extinción, conseguimos atajar los conatos e incendios medianos, pero fallamos estrepitosamente en los GIF, contra los que no hay receta técnica. Los Grandes Incendios Forestales se apagan principalmente cuando mejoran las condiciones meteorológicas  o porque el fuego llega a zonas donde ya no hay material vegetal que arda. Los dispositivos de extinción tan sólo pueden “ir a remolque”, controlando la cola pero no pudiendo hacer nada por frenar la cabeza del incendio. Es como pretender ponerle diques a un tsunami o una faja cortavientos a un huracán.

Foto: Skeeze

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Vía: tendencias21

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