Estos vórtices ardientes se mueven con lentitud al tiempo que avanzan arrojando brasas e incendiando todos los objetos que se encuentran a su paso, aunque son poco frecuentes.
Los vórtices de fuego o torbellinos de fuego son un raro fenómeno donde precisamente la lumbre forma una columna de aire vertical similar a la de los tornados, cuyo núcleo arde al tiempo que el anillo de aire que hay a su alrededor alimenta las llamas con oxígeno fresco,
En el seno de los grandes incendios forestales, se forman, a veces, torbellinos que succionan llamas desde las cercanías del suelo hasta algunas decenas de metros por encima, con un aspecto que puede recordar al de un tornado. En realidad estos vórtices de fuego son un fenómeno análogo a la tolvanera que se forma también a veces sobre un suelo arenoso y polvoriento.
Los torbellinos de fuego se generan por las altísimas temperaturas que se alcanzan en la zona del incendio donde se forman las llamas, produciéndose fuertes ascendencias de aire dotadas de rotación, alrededor de las cuáles se enroscan las llamaradas, escapando hacia arriba, como si se tratara de una gigantesca chimenea.
Los remolinos de fuego surgen en circunstancias únicas y poco comunes como son los incendios forestales en los que se producen corrientes convergentes de aire cálido.
El clima influye en los incendios, y los incendios a su vez influyen en el clima local al producir calor, vapor de agua y humo, dijo Kochanski. Los vientos de los grandes incendios pueden alterar los patrones climáticos locales y, en condiciones extremas, generar tormentas y tornados de fuego.