La razón por la que en el atardecer y amanecer el sol se presenta de color rojo es por que los rayos directos que vemos han recorrido un gran camino atravesándo la átmósfera, mucho más que el que recorre cuando se encuentra justo en el cénit. Al recorrer este camino la luz, que es casi blanca, al entrar en la atmósfera, va perdiendo los azules por culpa de la dispersión. Los pocos rayos que son capaces de sobrevivir todo este camino, son predominantemente rojos. ¿Dónde están los azules que se pierden por el camino? Iluminando el resto de la atmósfera y dándonos la sensación de cielo azul a la que estamos acostumbrados.
Así es la gigantesca turbina que utilizará Japón para generar energía oceánica
Este dispositivo de gran tamaño se asemeja a