El fotógrafo Jan Bainar paseaba por las montañas Beskidy, en la zona situada entre la frontera de Eslovaquia y la República Checha cuando se encontró con esta surrealista y helada imagen.
Las bajas temperaturas y el fuerte viento moldearon la escarcha de todo el bosque, sólo en un lado de los troncos, haciendo posible esta mágica fotografía; donde el hielo de los árboles parece un conjunto de plumas de ave.