Un factor importante a tener en cuenta al buscar las causas del déficit de lluvias puede ser La Niña, que durante 2022 estuvo presente por tercer año consecutivo.
En la región núcleo, este evento incrementó las posibilidades de altas temperaturas y baja precipitación.
Esta parte de Sudamérica también fue testigo de intensas olas de calor, las cuales incrementan su frecuencia, intensidad y duración debido al cambio climático., todo lleva a pensar en una posible relación entre las temperaturas altas y la sequía.
Se encontró que, en los modelos estudiados, los valores de temperaturas registrados a fin de 2022 (atribuidos al cambio climático) tienen un impacto en la disminución del agua disponible superficial. Esto indicaría que el cambio climático probablemente redujo la reserva de agua, lo que agravó la situación de sequía.
Uno de los mayores afectados es sin duda el sector agrícola, ya que se generó un estrés térmico e hídrico sobre los cultivos. “El alto impacto de la sequía en la agricultura habla de una necesidad de reducir la vulnerabilidad a la sequía en la región central y el Litoral en sí.

Corrientes está entre las provincias más castigadas
Según un informe elaborado por especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), actualmente, apenas 5.000 de las 39.000 lagunas que hay en la provincia de Corrientes tienen agua, como consecuencia de la histórica sequia por la que está atravesando toda la Argentina.
“Normalmente, entre el 38 y el 40 % de la superficie de la provincia está cubierta con agua, pero en febrero vimos, a través de imágenes satelitales, que la superficie cubierta con agua apenas alcanza el 5 %”, comentó, en una entrevista con AM 530, Dilmar Bernardo Kurtz, coordinador de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Estación Experimental Agropecuaria Corrientes del INTA.

“Muchas lagunas están secas: solo 5000 de las 39.000 lagunas tienen agua. En los humedales, esteros, bañados, la superficie cubierta de agua se retrajo tanto que es lo que actualmente se prende fuego. Y resulta muy difícil controlarlo porque no hay infraestructura ni caminos para llegar a esas zonas”, agregó el especialista en Ciencias Agrarias.
Entre las ciudades correntinas que resultaron más afectadas por la reducción en cantidad de lagunas se encuentran Concepción, Esquina y Goya, con cerca de 10.000 espejos de agua perdidos.
El informe también da cuenta que en lo que va de 2023 en Corrientes ya se han quemado100.566 hectáreas, lo que implica un 1,13 % de su superficie total y un 10 % de toda la superficie que se incendió durante todo 2022, de las cuales casi la mitad correspondió a pastizales y unas 30.000 hectáreas a bosques nativos y cultivados, todo esto debido, fundamentalmente, a la presencia del fenómeno La Niña.

Con información de: https://weekend.perfil.com/