En muchas oportunidades hablábamos de las tormentas que se producen por la noche, aunque solo presenciamos intensa actividad eléctrica y el retumbar de los truenos, a veces ignoramos que sobre nosotros se ciernen enormes sistemas de tormentas con una envergadura espectacular.
Supercelulas que despliegan grandes paredes de nubosidad convectivas, que solo son visibles mediante los relámpagos pantallas, aquellos que permiten apreciar la forma del sistema de tormentas, dibujando su silueta en la oscuridad de la noche.
Las superceldas tienden a formarse en condiciones de alta inestabilidad, y vientos fuertes a grandes alturas. Además presentan un sistema más organizado de circulación interna que les hacen tener una duración mucho mayor que otras.
En la supercelda es común la aparición de fuertes corrientes rotatorias que la hacen potencialmente la más peligrosa de los tipos de tormenta convectivas. Pueden producir vientos fuertes, grandes granizadas y tornados de larga duración sobre una amplia trayectoria.