Un ciclón subtropical sin nombre causa polémica

Estos ciclones subtropicales frecuentemente se pueden transformar en verdaderos ciclones tropicales, y la mayoría tiene un nombre. ¿Qué ocurrió en este caso?.

Según la NOAA-NWS: Un ciclón subtropical es un sistema de bajas presiones en las latitudes tropicales o subtropicales (en cualquier latitud desde el ecuador hasta los 50°N) que mantiene simultáneamente características de los ciclones tropicales y de los ciclones de latitudes medias (o extra tropicales o borrascas)

Por lo tanto, muchos de estos ciclones existen en una región donde el gradiente de temperatura es débil a moderado (tal como ocurre con los ciclones extratropicales), pero tienen como fuente primaria de energía las nubes convectivas (tal cual ocurre con los ciclones tropicales).

Estas tormentas suelen tener un radio de vientos máximos que se extiende de 100 a 200 km (60 a 125 millas) más del centro que lo observado para ciclones «tropicales».

El NHC, National Hurricane Center, vigiló un sistema ciclónico mientras se organizaba frente a las costas del noreste de los EE.UU. y tan solo lo categorizó como Invest 90L.

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¿Se formó una tormenta subtropical en enero de 2023 frente a la costa este?

El debate técnico que apareció en las RRSS era si debió nombrarse o no al ciclón subtropical como Arlene , primero en la lista de huracanes de 2023 en el Atlántico, pues el sistema presentaba características similares a otros formados anteriormente en la cuenca atlántica.

El origen del 90L hay que buscarlo en un seno de bajas presiones que se desarrolló entre los días 15 y 17 de enero de 2023 frente a la costa noreste de los EE.UU., mientras era vigilado y monitorizado por el NHC.

El ciclón tuvo la apariencia e intensidad de vientos que algunos expertos trataron de compararlo con el ciclón tropical Alex de 2016. El NHC no consideró a este sistema como para ser nombrado como Arlene y haberse convertido en una tormenta subtropical, sin precedentes para un mes de enero tan cerca de la costa noreste y a 40 ºN en los registros de la cuenca del Atlántico.

Inicialmente, el seno de bajas presiones se formó dentro una amplia borrasca de latitudes medias, allá entre el 14 y 15 de enero. A finales del domingo 15 de enero los sistemas frontales de la borrasca se alejaron del seno del futuro ciclón, a la vez que la cizalladura del viento disminuía sobre él y el centro del sistema se movía en la zona cálida de las aguas de la corriente del Golfo, que se interna en el Atlántico occidental.

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La convección se organizó mejor y su apariencia para el lunes 16 era de una tormenta subtropical con bandas nubosas y de precipitaciones cada vez más profundas envolviendo el centro del ciclón. En algunos momentos el 90L llegó a tener un ojo bien definido.

El NHC daba 0% probabilidades de que el sistema se organizará como una tormenta tropical «oficial» como para ser nombrada como la primera de la temporada de huracanes de 2023 en el Atlántico. Si hubiese ocurrido sería un hecho inusual por la zona de formación a 40 ºN y en enero. Tan solo lo categorizó como Invest 90L, una nomenclatura asignada a las bajas presiones con especial monitorización por su potencial desarrollo.

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Con información de: https://www.tiempo.com/

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