Un grupo de científicos de la Universidad de California ha podido determinar, a través de un novedoso sistema de análisis e interpretación de datos satelitales, los contornos más exactos que forman el continente que sostiene el hielo de la Antártida.
La Antártida se presenta como una gran masa de hielo que, a diferencia del Ártico, se sitúa encima de un continente y no del mismo océano. Debido a esta característica, numerosos científicos han estudiado durante años los contornos que construyen esa extensión sepultada de tierra, pero siempre obteniendo aproximaciones.
Ahora, un equipo de glaciólogos de la Universidad de California de Irvine ha conseguido construir el retrato más preciso hasta la fecha de todos los contornos de la tierra que sostienen el hielo antártico. Un descubrimiento que puede, entre otras cosas, ayudar a identificar las regiones con un mayor o menor nivel de vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático.

“Hubo muchas sorpresas en todo el continente, especialmente en regiones que no habían sido mapeadas previamente con gran detalle con radar”, ha explicado Mathieu Morlighem, profesor de la UCI y principal autor de la investigación.
Entre los resultados más sorprendentes del proyecto en el que se enmarca la investigación, se ha encontrado el descubrimiento de crestas estabilizadoras que protegen el hielo que fluye a través de las montañas Transantárticas. Además, se ha observado una geometría del lecho que aumenta el riesgo de retroceso rápido de hielo en el sector de glaciares Thwaites y Pine Island de la Antártida Occidental, así como una “cama” debajo de los glaciares Recovery y Support Force mucho más profunda de lo que se pensaba hasta entonces.
Para poder lograr estos hallazgos, el equipo de investigadores hizo uso de cientos de datos de 19 institutos de investigación que fueron recopilados por radares desde 1967, que en su totalidad abarcan más de un millón y medio de kilómetros de superficie. Además, también utilizaron diversos datos de expediciones de la NASA, así como información sísmica cuando estuvo disponible.
Hasta ahora, los métodos de mapeo que se han basado en sondeos de radar han sido parcialmente efectivos. Esto se debe a que los datos se han conseguido gracias a radares montados en las alas de los aviones que compilaban una información que, posteriormente, se completaba con técnicas de interpolación.
Sin embargo, el proyecto BedMachine se ha centrado en analizar los flujos de hielo basándose en método fundamental de conservación de masas. Gracias a la información proporcionada por los satélites en este sentido se ha podido averiguar cómo el hielo se mueve a través de los contornos del continente y así poder realizar una imagen más precisa.
“Los mapas más antiguos sugerían, por ejemplo, un cañón menos profundo, pero eso no era posible: faltaba algo. Con la conservación de la masa, al combinar el estudio de radar existente y los datos de movimiento del hielo, sabemos cuánto hielo fluye a través del cañón, que, según nuestros cálculos, alcanza los 3.500 metros bajo el nivel del mar, el punto más profundo de la Tierra. Como es relativamente angosto, tiene que ser profundo para permitir que tanta masa de hielo llegue a la costa”, ha explicado.
Los investigadores han destacado que este mismo procedimiento podría mejorarse en un futuro para ya no solo desvelar los terrenos que oculta la Antártida, sino también la tierra oculta en el fondo oceánico.
Vía: elagoradiario.