El martes 8 de mayo de 2018, una feroz tormenta sobre el océano Antártico generó una ola de 23,8 metros de altura, el equivalente a un edificio de ocho pisos. Según los oceanógrafos, es la ola más grande registrada en el hemisferio sur y una buena noticia para las surfistas, que notarán su energía al otro lado del planeta.
La ola fue detectada por una boya de MetOcean Solutions cerca de las islas Campbell, a unos 700 kilómetros al sur de Nueva Zelanda. Su altura batió el récord anterior de 22 metros (registrado en 2012 por una boya australiana), pero los científicos creen que la misma tormenta pudo causar olas aún más grandes, de más de 25 metros, que no fueron detectadas porque la boya solo almacena 20 minutos de información cada tres horas para conservar sus baterías.

Durante la gran tormenta del martes, el viento alcanzó los 120 km/h, la misma velocidad que la ola, lo que permitió que esta creciera drásticamente a medida que el sistema avanzaba hacia el este. Sin embargo, el título de ola más grande jamás registrada lo mantiene el tsunami de bahía Lituya, en Alaska, causado por un terremoto de magnitud 8,3 en 1958. Medía 30,5 metros.
Vía: es.gizmodo