La gran mayoría de las nubes se forman por el ascenso del aire cálido y húmedo. En el caso de los cumulonimbus los desarrollos pueden ocupar grandes proporciones de la troposfera (hasta los 12-16 Km o más de altura). Cuando en niveles medios-altos existen fuertes vientos, entonces se suele desarrollar una capa de nubes medias-altas muy amplia que se extiende corriente a bajo del torreón convectivo principal: se ha generado el yunque cumulogénito.
Las partículas y materia que conforman las porciones elevadas son advectadas o transportadas por el viento rector a dicho nivel. Las proporciones horizontales de estos sistemas en forma de yunque pueden ser enormes comparados con la zona activa convectiva. Aún más, la nube convectiva en su fase de disipación puede quedar reducida a una amplia capa de nubosidad media-alta de donde pueden colgar las mamas.
Cuando la concentración de cristales de hielo o agua líquida es muy alta en la parte del yunque, entonces comienzan a precipitar. En las nubes mammatus (alejadas de las vigorosas corrientes ascendentes del núcleo convectivo) el aire saturado comienza descender y con ello, las gotitas de agua subfundida y cristalitos de hielo. Al descender el aire saturado se calienta y las partículas de agua tienden a evaporase o fundirse, robando calor al aire que desciende con ellas. Parte del calentamiento del descenso se emplea en producir cambios de fases, calentándose menos de lo previsto, a la vez que se sigue manteniendo saturado su ambiente.