En el volcán Erta Ale, Etiopía, algunas erupciones tímidas advierten sobre la presencia de un lago de lava, un fenómeno natural poco frecuente en nuestro planeta. Poco a poco, la actividad cesa y el rumor se convierte en un silencio negro y opaco, imitando su superficie endurecida.
El tiempo corre lentamente, pero el silbido de la presión contenida preocupa; como si la ansiedad de estallar aumentara desde volcán y, en su núcleo, una erupción rompe la corteza y, como un acto divino, desencadena una reacción en cadena, rompiendo la superficie del lago en decenas de explosiones de lava que se levantan en el aire, el aumento de la temperatura ambiente llega hasta una intolerable nivel, capaz de producir sequedad y agrietamiento a nuestra piel.
Fotografía: Joel Santos