Esta guía te enseñará cómo captar y almacenar de manera fácil y económica el agua de lluvia que se puede utilizar en la producción agrícola, en el consumo animal y en los quehaceres domésticos.
La cosecha del agua de lluvia para su utilización es una práctica que se ha realizado desde hace miles de años pero que, poco a poco, se fue abandonando con la implantación de los sistemas de distribución. Sin embargo, actualmente, plantea una alternativa que puede contribuir a la gestión sostenible de la elevada demanda de agua.
En las ciudades, la reutilización de agua de lluvia es un proceso asequible y bastante sencillo. La captación de agua requiere pequeñas inversiones ya que, en los centros urbanos, las áreas expuestas a la lluvia reúnen las condiciones para facilitar esta tarea. Las superficies (tejados) suelen ser impermeables o estar en pendiente y su capacidad de absorción suele ser inferior a la de infiltración, lo que permite el escurrimiento del agua hacia un sistema de conducción que transporta el agua de lluvia desde el área de captación hasta el sistema de almacenamiento.
Todos dependemos del agua para vivir, humanos, animales, plantas… sin ella es imposible la vida sobre la tierra, y si bien es un recurso renovable, debemos cuidarla con conciencia.
En muchos lugares del mundo, no hay acceso al agua potable y en otros, ni siquiera hay agua. De ella depende nuestro alimento, aseo, limpieza, etc. pero lamentablemente en los lugares que sí la hay, se derrocha y contamina impunemente y se desconoce el costo energético que conlleva potabilizarla.
El consumo en una vivienda supone una media de 150 litros diarios por persona, y la mitad se gasta en el uso del inodoro, el lavarropas, la limpieza general y el riego de las plantas. Sí, la mitad de todos los usos que le damos al agua dentro de una casa no necesita agua potable.
Como parte de solución al problema existe la posibilidad de colectar agua de lluvia con sistemas simples, al menos para ahorrar el consumo de agua potable. Estos sistemas pueden perfeccionarse y convertir ese agua, también en potable.
Aquí algunos consejos.
Cosecha agua de lluvia
Algo de lo más sencillo: cuando esté por llover, coloca baldes, tachos o botellas con embudos al aire libre, si bajo la caída de un techo, podrás colectar más litros en poco tiempo. Con esta agua podrás regar tus plantas, lavar ropa y platos entre otros usos domésticos.
También podrás juntar agua del techo. Solo es necesario contar con elementos básicos como un desagüe, una tubería de conducción, un tanque de almacenamiento y una estructura de elevación que permita el suministro de agua a baja presión. Así podrás reducir más del 50% de tu consumo diario de agua si recolectaras el agua de lluvia.
La recolección de agua de lluvia también ayuda a evitar inundaciones aminorando la carga de los desagües pluviales. Si cada hogar/edificio recolectara el agua de lluvia, entre todos ayudaríamos a mitigar el problema de las inundaciones en las grandes ciudades.
Consejos:
- Para evitar taponamientos, los cuales, además de por el polvo que es arrastrado por el viento, también son causados por las hojas que caen en los techos, y las aves que también lo ensucian, es necesario utilizar filtros.
- Utiliza contenedores de materiales limpios, evita por ejemplo los que han contenido sustancias como aceite, ácidos, etc.
- Si quieres algo más de presión, los contenedores deberás colocarlos los suficientemente elevados.
- Mantén los contenedores tapados para evitar que los mosquitos depositen sus huevos.
- Respecto al material de los techos: Techos verdes y superficies de patios no son idóneos, porque conllevan demasiada biomasa. Techos de paja desprenden mucho olor. Techos de tela asfáltica tiñen el agua de amarillo. Techos de fibrocemento (Uralita) desprenden fibras de amianto. Lo ideal son los techos de teja de barro, fibra de cemento (Eternit, Duralit, etc); laminas metálicas de zinc (Calamina) o las lozas de hormigón.
- Respecto al material de las canaletas se recomienda PVC, lamina de zinc o bambú.
Otra forma de contribuir al ahorro de agua, es reciclarla
Reciclar el agua usada es una de las mejores opciones para reducir costos en el hogar, y sobre todo, para tener un consumo sostenible. Reutilizando las aguas grises, residuales o las de lluvia, ahorra miles de litros de agua potable al año, ya que podemos utilizarla para todos los usos en los cuales no es indispensable el agua potable.
Existen ya diseños de lavabos conectados a la cisterna del inodoro para el reaprovechamiento de agua. También puedes construir un sistema sencillo para reutilizar el agua del lavarropas colocando la manguera de desagüe a un tacho de 200L al que se le instalará una canilla o grifo para ir retirando el agua a medida que la necesitemos.
Vía: http://ecoportal