Aunque los océanos se calienten a un ritmo menor que las regiones terrestres, las especies que viven en ellos están sufriendo sus consecuencias en mayor medida, provocando que muchas especies se vean obligadas a migrar al fondo oceánico y a los polos terrestres.
En un futuro próximo el cambio climático transformará algunas regiones de la Tierra en páramos desérticos y áridos, obligando a infinidad de especies terrestres, incluida la humana, a desplazarse para encontrar lugares más frescos.
En principio se puede pensar que las especies marinas sufrirán este impacto en menor medida porque el agua puede mitigar la subida de las temperaturas, pero lo cierto es que, aunque se calienten a un menor ritmo, las criaturas que habitan estas regiones también están expuestas al cambio climático y tendrán dificultades para conservar sus hábitats en el futuro.
Así lo ha manifestado un reciente estudio publicado en la revista Nature Climate Change, realizado por científicos de la Universidad de Queensland (Australia), que ha contado con la participación de la Universidad de Hokkaido (Japón).
A través de una métrica que calculó la velocidad a la que se calentó el océano durante los últimos 50 años, pudieron conocer que actualmente estas masas de agua incrementan sus temperaturas al doble de velocidad que lo hacía en el pasado, sobre todo en la superficie.
Esto provoca que a corto plazo las especies que viven en los fondos oceánicos estén seguras. Sin embargo, los científicos han destacado que a finales del siglo las aguas más cálidas de la superficie se mezclen con las más profundas, poniendo en peligro a aquellas especies que se refugian del calor en los fondos oceánicos y obligando a las que viven en la superficie a migrar.
En este sentido, un estudio en el que participaron expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, expusieron que lo más probable es que las especies marinas terminen migrando hacia el fondo a una media de 18,7 metros bajo un escenario de emisiones moderadas y 32,3 bajo uno de altas emisiones.
Por otro lado, esos mismos científicos españoles declararon que, además de desplazarse al fondo, las especies marinas se están trasladando hacia los polos en busca de aguas más frías con las que amortiguar el golpe del cambio climático.
“Los organismos marinos podrían no solo migrar a mayores profundidades en busca de ambientes más fríos, sino que también podrían desplazarse hacia los polos “, expusieron los expertos en ese estudio.
Un reciente estudio francés ha reafirmado esas hipótesis explicando que las especies marinas se están desplazando hacia los polos a un ritmo medio de 5,92 kilómetros al año, hasta seis veces más rápido que las terrestres, que suelen dirigirse a las cumbres de las montañas, más que a latitudes más altas.
“La actividad humana en los océanos, la pesca intensiva o la acidificación de las aguas está acelerando esos desplazamientos”, ha comentado Romain Bertrand, autor del estudio y experto del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia.
Aunque la investigación no se centra en los posibles impactos de estos desplazamientos, Romain Bertrand ha expresado su preocupación porque este cambio puede acarrear consecuencias sanitarias y económicas graves: “algunas especies pueden ser vectores de enfermedad o pueden cambiar la disponibilidad de alimento en algunas regiones al desplazarse que, a su vez, podría generar conflictos entre países”, ha declarado.
“Hemos observado modificaciones importantes, pero nuestro estudio es un grito de alarma para decir que todavía no conocemos mucho”, recalca otro de sus autores, el investigador del CNRS Jonathan Lenoir.
Vía: Elagoradiario