Primero definamos y hagamos una pequeña contextualización de los que es un “Fractal”. El término, fue acuñado por primera vez por el matemático Benoit Mandelbrot y hace referencia a las formas semejantes y de alguna manera caóticas que vemos presentes en la naturaleza repetidas en diferentes escalas.
Un árbol, que nace de un tronco, se divide en ramas y luego en ramas mas pequeñas y así sucesivamente, es el ejemplo más claro con el que se puede ilustrar alguien para explicar la forma en la que se presentan los fractales en la naturaleza.
Pues bien, ya ilustrados un poco más sobre lo que es un fractal, podemos entrar a hablar sobre estos. Digamos entonces que, son fenómenos naturales producto del caos, se presentan en todos las esferas de la tierra, ya sean naturales o artificiales creados por el hombre y se extienden por todo el universo.
Los fractales, constituyen un sistema conformado por varias partes muy semejantes entre sí, que se cohesionan armónicamente hasta formar un “todo”.
Desde la arquitectura, podría asegurar que es un elemento que puede aportar mucho a esta disciplina así como el resto de cosas que hemos aprendido sobre las leyes del caos. En este caso, se podrían llegar a varias conjeturas: primero que todo, vemos los fractales como unas formas que además de ser propias de la vida en la Tierra y en el universo, pueden tomarse como un elemento organizador a la hora de establecer relaciones de tipo funcional y jerárquico.
Segundo que todo, pueden tenerse en cuenta desde el punto de vista socio económico para ver reflejados a la sociedad como un conjunto conformado por muchas partes y en las cuales cada uno juega un papel importante desde el punto de vista estructural y compositivo.
Por último pero no menos obvio, hay que ver lo atractivos que son visualmente para ser incorporados de alguna u otra manera dentro de un diseño arquitectónico. “Cómo siempre, la naturaleza nos recuerda que la mayor belleza y complejidad está en las cosas más simples, en aquellas que nacieron del caos”.