Conocidas como criaturas abisales, estos seres marinos habitan a una profundidad de miles de metros, donde prácticamente no llega la luz del sol.
La zona abisal representa el 75 % del océano, y se define por tener una profundidad que puede llegar a los 4.000 e incluso 6.000 metros. Además, ningún rayo de luz es capaz de traspasar tan hondo. En este paisaje acuático y de oscuridad absoluta, el hombre ha descubierto algunas de las especies marinas más raras del planeta. Se las denomina fauna abisal y su apariencia parece sacada directamente de otro planeta.
Pez dragón negro: mide entre 38 y 53 cm de largo, y su cuerpo está conformado básicamente por una cabeza y una larga cola. Su rasgo más llamativo es su barba, que tiene una punta luminosa que se enciende y se apaga. Se dice que es un mecanismo para atraer a sus presas.
Tiburón duende: es uno de los tiburones más raros del mundo. Su principal particularidad está en su nariz sumamente larga y su mandíbula extensible, la cual está unida a ligamentos elásticos. Cuando la presa se encuentra a una distancia determinada, su mandíbula se extiende hasta un 9,4 % de la longitud total de su cuerpo.
Pez diablo negro: este raro ser tiene una larga antena que le nace de la frente, y cuya punta se ilumina gracias a bacterias bioluminiscentes. Este dispositivo le ayuda a atraer a sus presas, que son atacadas por sus mandíbulas repletas de dientes afilados. Las hembras pueden llegar a medir 20 centímetros, mientras que el macho es diez veces más pequeño y es incapaz sobrevivir por sí solo, por lo que se acopla a sus compañeras como un parásito.
Calamar colosal: es el invertebrado más grande del mundo, aunque no se sabe mucho sobre él. Se estima que pueden medir hasta 15 metros de largo y que se alimentan de peces y otros calamares. Puede sumergirse a profundidades mayores a 2.200 metros y se cree que su único depredador es el cachalote.
Pez trípode: lo más llamativo de esta especie es que puede descansar sobre el barro sin hundirse gracias a sus tres finas “piernas”. Este pez vive a unos 3.500 metros de profundidad y se sostiene sobre una especie de zancos constituidos por tres prolongaciones de sus aletas: las dos aletas pélvicas y el lóbulo inferior de la aleta caudal (la cola) se prolongan en filamentos largos y rígidos. Se apoya en ellos como si fueran zancos y se queda «de pie» en el fondo del mar. Cuando una presa se encuentra cerca, el pez trípode salta de su lugar de descanso y la atrapa.
Medusa Granrojo: fue descubierta en el 2003, por lo que no se sabe mucho de ella. Vive a una profundidad de entre 600 y 1.500 metros. Posee un cuerpo robusto, que puede crecer hasta alcanzar un diámetro de 60 a 90 cm, y tiene entre cuatro y siete brazos urticantes en la boca que le sirven para obtener sus alimentos.
Pez cabeza transparente: como su nombre lo indica, este pez se caracteriza por tener la cabeza transparente. Los dos orificios oscuros sobre la boca son sus conductos olfativos, mientras que los ojos son las dos esferas de color verde que se ven en el interior del cráneo. Dispone de unos ojos tubulares, que le permiten captar mejor la luz. Al tener la cabeza transparente, cuenta con un rango de visión sumamente amplio, ya que sus ojos se pueden moverse en todas las direcciones.
Pez pelícano: se lo puede describir como un tipo de anguila con una boca enorme, sobreproporcionada con respecto a su cuerpo. Esta puede abrirse bastante para engullir a un pez de mayor tamaño que él mismo. La mandíbula inferior, parecida a una bolsa, recuerda a la mandíbula de un pelícano, de ahí su nombre.
Vía: weekend.perfil