Las intensas lluvias aumentaron el caudal de los ríos Pilcomayo y Bermejo

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El incremento de las precipitaciones en las cuencas altas de los ríos Pilcomayo y Bermejo ha generado un aumento significativo en los caudales de ambos, lo que podría ocasionar desbordes e inundaciones en diversas localidades del norte de Argentina. Según informes de organismos meteorológicos y alertas de las autoridades de Bolivia y Argentina, el fenómeno ha generado preocupación en las regiones afectadas.

El río Pilcomayo, que nace en Bolivia y cruza Argentina y Paraguay, ha experimentado un aumento alarmante en su caudal, impactando a las comunidades cercanas en Salta y Formosa. De manera similar, el río Bermejo, que recorre Salta y Chaco, también presenta un ascenso considerable en sus niveles, debido a las lluvias continuas en las zonas andinas.

Impacto en Argentina

Las provincias del norte argentino son las más perjudicadas por la crecida de estos ríos. En Salta, las áreas más afectadas incluyen Santa Victoria Este y otras localidades cercanas a la frontera con Bolivia.

En Formosa, las comunidades ribereñas que dependen del río Pilcomayo para actividades como la pesca y la agricultura se ven amenazadas por el aumento de su caudal. En Chaco, el río Bermejo ha alcanzado niveles críticos, lo que ha generado una gran alarma entre los residentes de las zonas bajas.

Las intensas lluvias han causado inundaciones y dificultado el acceso a varias de estas regiones, afectando las vías rurales, esenciales para la comunicación y el transporte de productos, que ahora están intransitables debido a los desbordes. Esto complica aún más la situación de las comunidades, restringiendo el acceso a alimentos, atención médica y otros recursos necesarios.

Dificultades para los habitantes de las zonas ribereñas

Los mayores problemas que enfrentan las poblaciones a orillas de los ríos son la pérdida de viviendas y cultivos por las inundaciones. Muchas familias viven cerca de los cauces, lo que las deja vulnerables a los desbordes. Con cada crecida, el agua ingresa a las casas, arrasando con las pertenencias y obligando a las personas a evacuar.

En Salta y Formosa, numerosas familias han tenido que abandonar sus hogares y ser alojadas en centros de evacuación temporal. La falta de infraestructura adecuada para contener el avance del agua ha empeorado las condiciones de vida de los desplazados. Además, la situación ha afectado la economía local, especialmente a los agricultores y ganaderos, quienes sufren pérdidas graves debido a las inundaciones.

Otro problema derivado del aumento de los caudales de los ríos Pilcomayo y Bermejo es la proliferación de enfermedades transmitidas por el agua. La contaminación de las fuentes de agua potable y el incremento de mosquitos en las áreas anegadas aumentan el riesgo de enfermedades como el dengue, la leptospirosis y otras infecciones. Los sistemas de salud locales están haciendo esfuerzos adicionales para atender a los afectados por estas condiciones.

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