La superficie verde aterciopelada con mechones Parece una almohada de felpilla. Tras una inspección más cercana, hay manchas de colores brillantes incrustadas entre las filas de verde.
Las partes coloridas son barcos turísticos que serpentean tranquilamente a través de los canales creados por las ordenadas filas de árboles en el Parque de los Humedales del Lago Luyang en Yangzhou.en la provincia de Jiangsu de China, uno de los muchos «bosques de agua» artificiales que ahora salpican el país. Esta vista de pájaro oscurece la escala imponente del ciprés del estanque, el ciprés calvo y la secuoya del amanecer única entre los que se mueven los visitantes.
Estos bosques artificiales e inusualmente ordenados son parte de un esfuerzo de reforestación más grande en China. El impacto ambiental general de tales proyectos no se conoce del todo, pero ciertamente brindan una experiencia única para los visitantes: consistentemente tranquilos, desde el exuberante verde delmeses más cálidos, a rojos, rosas y dorados emplumados durante el otoño.
Desde la vista de pájaro parece no haber nada inusual en los bosques acuáticos de China, salvo que ostentan un orden extrañamente artificial en sus posiciones. Pero cuando se les observa de más cerca, entonces uno descubre la peculiaridad del Parque Luyang Lake Wetlands en Yangzhou. Uno de los más inusuales que se pueden visitar alrededor del mundo.
Si uno no advierte sobre la verdadera identidad de la vegetación, uno bien podría caer engañado por su uniformidad. En realidad, se trata de algas que se distribuyen por el agua que cubre las raíces de los árboles. De ahí que se les denomine bosques acuáticos, el intento de China por recuperar un fósil vegetal y reforestar zonas de la naturaleza.
El Parque Luyang Lake Wetlands en Yangzhou, en la provincia de Jiangsu de China, es uno de los muchos “bosques acuáticos” que ahora habitan en aquella región asiática. Desde luego que semejante orden en la ubicación de los árboles no podría venir más que del hombre. La naturaleza es más democrática en ese sentido y salpica árboles por la tierra sin una lógica aparente que los humanos podamos comprender. En cambio, en la visión humana el orden de las cosas, en algún sentido raya en lo estético, por lo que se decidió acomodar los grandes ejemplares de cipreses y secuoyas con separaciones equidistantes.
En la panorámica de pájaro también se aprecian manchones de colores, esas son las embarcaciones turísticas que serpentean entre los enormes seres arbóreos. Visitar los bosques acuáticos de China es toda una experiencia inmersiva que requiere de paseos sobre el agua a bordo de pequeñas barcas.
Cipreses y secuoyas, seres antiguos
Entre los habitantes del bosque se encuentran los imponentes cipreses de distintas especies como el ciprés calvo. Las secuoyas por su parte, también se distribuyen entre las hileras perfectamente acomodadas del bosque. Aunque de esta última especie sólo se puede apreciar la secuoya del amanecer, una variante nativa de China cuyo nombre científico es Metasequoia glyptostroboides.
Se creyó por algún tiempo que estos enormes árboles que llegan a medir hasta 45 metros de altura, estaban extintos. Pero las investigaciones luego redescubrieron fósiles de secuoya del amanecer que datan de hace 150 millones de años. Las secuoyas en general, son seres que han estado habitando el planeta durante largas eras, cuando la vida ni siquiera se acercaba a lo que es ahora. Lamentablemente, estos gigantes verdes están en peligro de extinción en todo el mundo, lo cual resulta preocupante ya que representan los bosques primarios y los más antiguos del planeta.
Por eso cuando en la década de los 40, se encontró un grupo pequeño vivo de secuoyas del amanecer que se creían extintas, las esperanzas reavivaron. Desde entonces se les cuida con más cautela. Estos bosques acuáticos artificiales que siguen un orden inusual, son el intento de China por reforestar y recuperar la vida antigua que por poco queda relegada a la desaparición. Y pese a que su aspecto equidistante los vuelve un poco antinaturales, nos recuerdan la importancia de respetar a los seres más viejos y sabios del planeta.