¿Cómo influye la luz de la Luna sobre las plantas?

Comprender cómo influye la luna en las plantas pasa por entender cómo influye su luz sobre ellas.

Hoy vamos a intentar resolver es la de por qué la Luna puede ejercer un determinado efecto sobre los cultivos, en vez de saber el efecto que produce, que lo dejaremos para una futura entrada. Conocer la función que la Luna puede ejercer puede tomarse desde dos vertientes, una desde el lado místico y otra desde el lado científico. Sin desmerecer la primera, nosotros vamos a explicar qué referencias científicas existen o qué mecanismos actúan sobre la planta para poder justificar una acción de la Luna sobre nuestras plantas.

A nuestro satélite se le han atribuido muchísimas propiedades que a día de hoy no han sido contrastadas. Sin embargo, en lo que a la agricultura se refiere, se llevan sabiendo esto desde épocas antiguas, donde los agricultores lo aprovechaban en su beneficio, condicionando la época de siembra incluso por encima de clima.

A priori, podríamos pensar que la iluminación nocturna del satélite es la que promueve el desarrollo de las plantas. Y tendría lógica pensarlo: aunque en plena oscuridad, podríamos pensar que la luz de la luna es capaz de poner en marcha la fotosíntesis de las plantas. Y, a pesar de que podría ser posible, en realidad no es así. La capacidad máxima de iluminación de este fascinante satélite cuando se percibe como luna llena no es suficiente para activar este mecanismo de las plantas.

¡Pero no solo de fotosíntesis viven las plantas! A pesar de que la intensidad lumínica de la luna no es suficiente para ella, sí tiene otra extraordinaria capacidad. Y es que esa escasa energía de luz de la luna sí tiene influencia en el fotoperiodo. Un término menos conocido que la fotosíntesis, pero que es sumamente importante en el desarrollo de las especies vegetales. Y es que el nombre no hace más que aglutinar esos procesos que regulan las funciones biológicas de las plantas. Unas en las que la alternancia de día y noche es tan importante como las propias estaciones.

Aunque la luz de la luna no influye en la fotosíntesis, sí puede alterar el fotoperiodo de las plantas. O, dicho de otra manera, que sí puede estimular la producción de una proteína propia de las plantas que actúa como receptora de la luz. ¿Y cómo se traduce este detalle puramente biológico en el desarrollo de una planta? Dicho llanamente, manteniendo la savia de la planta en movimiento de la misma manera que sucedería durante el día.

CÓMO INFLUYE LA LUNA EN LAS PLANTAS DE HUERTO SEGÚN SUS FASES

Cuando nos interesamos por saber cómo influye la luna en las plantas, no suele ser para cuidar de nuestras plantas ornamentales. Habitualmente, conocer su influencia busca fundamentalmente valerse de sus bondades en el cultivo de las plantas de huerto. Es más: quienes se plantean cómo poner en marcha un huerto ecológico continúan guiándose por el calendario lunar para llevar a cabo un buen número de labores fieles a la costumbre.

Según la tradición agrícola, las distintas fases de la luna pueden tener distintos efectos sobre nuestros cultivos. Y es lógico: la intensidad de la luz de la luna no es la misma cuando ésta está llena o cuando está en cualquiera de sus cuartos. Por eso las fases lunares tienen un peso específico en la movilización de savia a la que hacíamos alusión. Y no solo eso: la propia luna podría, incluso, pautar qué sí o no debemos hacer con nuestras plantas de huerto.

Así que conozcamos cómo influye la luna en las plantas según sus distintas fases. E, incluso, qué debemos hacer o no según el calendario lunar.

1. Luna llena, el momento álgido para el follaje

Es el momento en el que la luna emite la mayor cantidad de luz posible. Algo que, a nivel vegetal, se traduce en una mayor movilización de savia y agua.

Además de este desarrollo visible, se considera un buen momento para abonar, trasplantar e, incluso, cosechar. También se considera buen momento para erradicar las malas hierbas del jardín o del huerto.

2. Cuarto menguante, la fase de las raíces

Cuando la luna comienza a menguar, también disminuye la intensidad de su luz. Un descenso progresivo que, sin embargo, también tiene repercusión en el desarrollo de las raíces. Un buen motivo para plantar y recoger en esta fase aquellos cultivos de raíz, como la zanahoria.

No solo es un buen momento para trasplantar. Además, también es una fase ideal para podar o para saber cómo hacer esquejes que crezcan con éxito. Al haber menos luz, hay menos savia en circulación y menos agua en los tejidos. No solo la planta sangrará menos: además, las hormonas que procuran el desarrollo de nuevas raíces están en un momento ideal para multiplicar nuestras plantas.

3. Luna nueva, el momento del estancamiento

La luna no está presente y, por tanto, el fotoperiodo no se ve alterado. La savia no está en movimiento, por lo que podríamos decir que nuestras plantas de huerto están en reposo.

A pesar de ello, este descanso del crecimiento de nuestras plantas es el momento ideal para eliminar chupones.

4. Cuarto creciente, otra de las fases más activas para el huerto

La luz, aunque discretamente, vuelve a aparecer; y afecta a follaje y raíces a partes iguales. Por este motivo, se suele considerar un buen momento para prepara nuestro huerto urbano en semilleros pero, también, para cultivos cuyo consumo se centra en las partes aéreas, como sucede con la lechuga.

También es un momento ideal para abonar, ya que las plantas están más receptivas para absorber nutrientes.

Vía: https://verdecora.es/

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