El Lago de Maracaibo dentro del récord mundial Guinness por sus relámpagos

Un interesante, extraordinario e impresionante atractivo turístico natural ubicado en la cuenca del Lago de Maracaibo, en el poblado de pescadores Congo Mirador, Estado Zulia – Venezuela.

El fenómeno ilumina las noches, su nombre es Relámpago del Catatumbo o Faro de Maracaibo, considerado el único faro natural del planeta. Un fenómeno natural que brilla por sí solo como si fuese un hecho de otro mundo, digno escenario para una película de ciencia ficción.

En ocasiones, la actividad eléctrica de una tormenta es incesante, produciéndose rayos de forma casi continua, lo que ilumina el cielo nocturno gracias a los constantes fogonazos. Hay un lugar del mundo donde esto ocurre de forma habitual y relampaguea casi sin cesar. Localizamos ese tormentoso enclave en las inmediaciones del lago Maracaibo, en Venezuela; en una extensa zona pantanosa situada al sur y al oeste del citado lago, donde desemboca el río Catatumbo.

Las referencias más antiguas al fenómeno proceden de las tribus indígenas que habitan la región, como los Wari, que desde antaño identifican el fenómeno con una concentración de millones de luciérnagas que se reunían todas las noches para rendir tributos a los padres de la creación. Lope de Vega citó al singular relámpago perpetuo en su poema épico “La Dragontea”, que data de 1597, y la primera descripción científica se la debemos al naturalista Alexander von Humboldt, que describió el fenómeno como “explosiones eléctricas que son como fulgores fosforescentes”.

Mapa de localización (izquierda) de la zona donde se observa el relámpago perpetuo del Catatumbo (derecha), en el estado venezolano de Zulia.

Ese raro fenómeno meteorológico recibe el nombre de “relámpago del Catatumbo” o también “Faro de Maracaibo”. Aquel lugar es, seguramente, el de mayor actividad tormentosa de toda la Tierra, y no sólo por el número de días al año con tormenta –que alcanza los 160–, sino por las 50 descargas eléctricas por minuto que, en promedio, llegan a producirse en cada episodio, cuya duración oscila entre 7 y 10 horas. Dicha circunstancia, aparte de mantener los cielos por la noche prácticamente encendidos, genera una enorme cantidad de ozono, nada menos que el 10% del que se produce en toda la Tierra.

Una curiosidad científica y turística, para las comunidades anegadas del estado Zulia en el noroeste de Venezuela, el fenómeno se conoce como el «faro» del Catatumbo, que durante siglos les ha ayudado a navegar en sus barcos a través de la oscuridad.

No hay truenos, solo relámpagos, un espectáculo silencioso que se disfruta unas 300 noches al año, alcanzando su punto máximo en septiembre.

En las noches despejadas, los destellos pintan patrones llamativos a lo largo de la Vía Láctea en un cielo tan lleno de estrellas que no se necesita un telescopio para observar las constelaciones.

Algunos son tan rápidos que escapan al ojo humano. Algunos zigzaguean más tranquilamente por el cielo, o chocan con otros rayos.

En una bendición para los observadores de estrellas, pero una dura realidad para los lugareños, la exhibición casi nocturna se hace aún más espectacular por la ausencia casi completa de contaminación lumínica.

No hay red eléctrica aquí, y los pocos generadores que aún funcionan están inactivos debido a una falta crítica de combustible ocasionada por la crisis económica de Venezuela.

Rara vez se ve el tenue resplandor de un pequeño generador doméstico o el rayo de la linterna de un pescador.

Los visitantes extranjeros que solían venir a Zulia se han mantenido alejados debido a la pandemia mundial de coronavirus y los problemas económicos de Venezuela.

Densidad de la tasa de relámpagos diurnos y nocturnos en el lago de Maracaibo (arriba) y el lago Victoria (abajo). Las líneas blancas representan la elevación y las líneas grises son los límites físicos del país. (Universidad de São Paulo)

La NASA dice que el lago de Maracaibo tiene una geografía y un clima únicos ideales para el desarrollo de tormentas eléctricas.

Ubicado a lo largo de parte de las montañas de los Andes, las tormentas se forman por la noche cuando la brisa fresca de la montaña choca con el aire cálido y húmedo sobre el lago.

Vía: https://www.tiempo.com/

Con información de: https://www.tiempo.com/

Fotografía de portada de la nota: © CHRIS KOTSIOPOULOS (AUSSCHNITT)

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