El hotel de insectos no es solo la moda verde del huerto urbano. Puede darles resguardo, asegurar su reproducción, su función es enriquecer la biodiversidad y asegurar la polinización de nuestras plantas.
Es fácil de construir y ha hecho una gran contribución al ecosistema urbano. Nuestra relación con los insectos es principalmente una especie de rechazo, miedo y rechazo, pero muchos de nosotros no conocemos su papel clave en el planeta en el que vivimos.
Cada insecto (y otros artrópodos) tiene una función específica en el equilibrio del ecosistema. No debe haber una clasificación infantil de animales buenos y animales malos. Todos ellos juegan un papel, en lo que respecta a ciertos insectos, solo son responsables de la polinización, que es un evento clave en la obtención de alimentos.
Los beneficios de tener un hotel de insectos
Los insectos son muy necesarios. Los que contamos con información sobre ellos sabemos que la producción mundial de alimentos depende de ellos. Son los encargados de realizar la polinización, proceso que permite que las flores sean fecundadas, den frutos y semillas, y por tanto alimento además de poder continuar su propagación sobre la tierra. Y en este proceso, el papel de abejas y abejorros es indispensable.
Actividades como la agricultura industrial, la concentración en las ciudades, la deforestación y el cambio climático, atentan contra la vida de los insectos. Su población está disminuyendo drásticamente.
Según la organización ecologista Greenpeace, el 40% de los insectos polinizadores se encuentra en peligro de extinción, sobre todo abejas y mariposas, y en Europa más del 40% de las poblaciones de abejas ha disminuido. Traducido en números, el costo económico para la agricultura europea de la merma en la polinización puede superar los 25 mil millones de euros.
Para tratar de revertir esta situación se han emprendido muchas estrategias, a diferentes niveles. Una de ellas son los “hoteles de insectos”.
¿De qué trata un hotel de insectos?
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Los “hoteles de insectos” son refugios artificiales que favorecen la cría de insectos y otros artrópodos, como arañas y miriápodos, y les permiten realizar su labor polinizadora y de control de plagas.
En muchos casos, estas estructuras, donde predomina la madera, suplen la carencia en nuestros entornos demasiado limpios de troncos agujereados y galerías en la tierra o la roca donde ellos establecen sus colonias.
Tu balcón, terraza o jardín son lugares ideales para acoger espacios que atraigan a los insectos y les faciliten la vida.
Los hoteles de insectos sirven para…
Favorecer la presencia de insectos y artrópodos beneficiosos
–Potenciar la polinización de árboles frutales
-Brindar protección a especies de artrópodos amenazadas como son las abejas y cooperar para frenar su declive
-Promover la biodiversidad tanto en espacios agrícolas como urbanos o periurbanos
-Brindar una herramienta pedagógica destinada a escuelas y otros colectivos
-Llamar la atención del público en general sobre la importancia de los insectos
-Aumentar los recursos alimenticios de otros animales, como los pájaros insectívoros, las ranas, sapos y lagartijas
-La mejor ubicación para el hotel de insectos
-Lo primero de todo es escoger el lugar donde se va a instalar. Hay que procurar que esté cerca de un sitio donde abunden las plantas en flor, ya sea un jardín, un parque, un patio o un huerto con árboles frutales.
También hay que asegurarse que esté orientado al sol y bien protegido del viento, de la afectación de posibles heladas, así como de cualquier otro tipo de inclemencia del tiempo.
Construcción con materiales naturales
Puedes construirlo con materiales muy diversos, que incluyen troncos y ramas de árboles o arbustos, cañas, ladrillos, turba, cortezas, cañizo y hojarasca.
La cobertura o techumbre debe ser impermeable, y puede ser conveniente que dibuje dos alas, como el tejado de una casa solariega. Bajo esta protección puedes disponer cañas, cortezas de madera, piñas secas de pino, montones de paja y troncos agujereados para permitir que sus huecos sean colonizados.
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Una habitación para cada insecto
Puedes diseñar los huecos para que se adapten a las necesidades de cada insecto. Por ejemplo, los abejorros prefieren una caja con una entrada de unos 10 mm de diámetro y una tabla de vuelo a la entrada.
A las abejas se decantan por ladrillos agujereados y rellenos de una mezcla de arcilla y paja. Las avispas se asentarán en una madera seca con agujeros o palos de bambú, y las crisopas y mariquitas en una caja con ranuras llena de hojas secas.
A las arañas les encantan los ladrillos huecos o las maderas abiertas y a las mariposas, las cajas cerradas con ranuras alargadas colocadas a pleno sol.
Y para las tijeretas, puedes llenar una maceta de paja, heno y palitos y tumbarla de manera que la entrada sea vertical.
Pero no te preocupes demasiado, pues serán los propios insectos los que en su dinámica natural acabarán “diseñando” su hogar en función de sus necesidades. Deja que la naturaleza fluya.
¿Cuáles son los insectos que podrás tener?
Muchos y variados pueden llegar a ser los inquilinos de nuestros hoteles de insectos. Aquí te ofrecemos unos más que posibles candidatos:
Abejas melíferas solitarias, que no llegarán a crear un enjambre de importancia, pero tendrán en el hotel un refugio donde cobijarse y nos aportarán su valiosa función polinizadora.
Avispas alfareras, cuyas larvas son voraces consumidoras de insectos, que los adultos saldrán a cazar sin descanso.
Abejorros y abejorros carpinteros, que son unos incansables polinizadores, incluso en pleno invierno si las temperaturas no son muy bajas.
Mariquitas, escarabajos bien conocidos, capaces de volar, que suponen un aliado perfecto para controlar las plagas de pulgones y otros invertebrados.
Crisopas son una familia de insectos, los crisópidos, a las que se les ofrece este refugio para poder resistir el frío invernal, y que en primavera saldrán al huerto o jardín para depositar sus larvas, que devorarán ferozmente pulgones, ácaros y cochinillas, hasta llegar a la edad adulta.
Dermápteros, que incluyen las conocidas tijeretas, son insectos no voladores que se alimentan de materia vegetal viva o en descomposición, pero también de pequeños insectos como pulgones y diminutos coleópteros y otros artrópodos como ácaros.
Mantis religiosa, insecto muy voraz, que elimina una notable cantidad de insectos a los que da caza al acecho.
Mariposas, que también colaboran en el proceso de polinización y nos brindan toda su potencia estética.
Arañas de algunas pocas especies, que encontrarán cobijo seguro para ellas entre los abundantes orificios que el hotel les brinda y que nos aportarán su gran capacidad cazadora para contribuir al control de plagas.
Luciérnagas, insectos de la familia de los lampíridos, a los que podemos ofrecer refugio seguro, ya que se han visto muy mermados a causa del abuso de pesticidas y herbicidas en agricultura y jardinería.
Miriápodos, artrópodos de cuerpo segmentado y patas numerosas, como los ciempiés y los milpiés, que se ocultan en orificios, en la hojarasca y bajo troncos, tejas o ladrillos. Algunas especies son habilidosas cazadoras de insectos y otros diminutos artrópodos.
Vía: https://www.ecoportal.net/