Asia central se volvió más polvorienta cuando se secó el mar de Aral

En los últimos tiempos, los científicos se han dado cuenta de los impactos de estas tormentas en el clima, la salud humana, el medioambiente y muchos sectores socioeconómicos. 

El mar de Aral es un lago endorreico o mar interior situado en Asia Central, entre Kazajistán, al norte, y Uzbekistán, al sur. Antiguamente, era uno de los cuatro lagos más grandes del mundo, solo por detrás del mar Caspio, el lago Superior y el lago Victoria. Si bien es cierto que el mar de Aral aún no ha desaparecido por completo, sí lo ha hecho del modo en el que lo conocíamos.

En la década de 1930, la superficie de este lago endorreico era de 67.000 km2, una masa única y continua. Sin embargo, en la década de 1980 y de ahí en adelante, el mar se fue secando.

Se separó en dos cuerpos de agua bien diferenciados. El norte, de menor extensión, represado y alimentado por las aguas del Sir Daria, y el sur, una masa residual abocada a la desaparición, alimentada por el Amu Daria.

¿Qué ha sucedido para que el Mar de Aral desaparezca?

Este mar-oasis ubicado en mitad de las regiones desérticas de Karakalpakistán (Uzbekistán) se sostenía en un delgado equilibrio entre la evaporación y el aporte hídrico de los ríos Amu Daria y Sir Daria.

La población uzbeca y kazaja que vivía en el entorno del Aral lo hacía en armonía con el motor de su desarrollo local. Practicaban la pesca o realizaban actividades comerciales relacionadas con el mar o la agricultura de subsistencia. También, por supuesto,  aprovechaban el agua para el autoabastecimiento.

Con información de: La NASA estudia el impacto de las tormentas de polvo en la Tierra

Las consecuencias ambientales de que se haya secado

Los vientos levantan grandes cantidades de polvo del desierto que se forma cuando desapareció el cuarto lago más grande del mundo, esparciéndolo por la región y generando preocupaciones sobre la salud pública.

En 1959, los funcionarios de la Unión Soviética decidieron desviar los flujos de los ríos que alimentan el Mar de Aral hacia los desiertos de Asia Central, donde el agua riega las granjas que abastecen a una industria algodonera en crecimiento. A medida que florecía el algodón, descendía el nivel del lago. Hoy en día, solo quedan astillas de lo que alguna vez fue el cuarto lago más grande del mundo.

Este polvo conlleva peligros más allá de los típicamente asociados con las partículas naturales: está mezclado con sal y con residuos de pesticidas y fertilizantes agrícolas introducidos en el mar. Cuánto y dónde se esparce el polvo del antiguo mar de Aral en la región circundante son, por lo tanto, importantes cuestiones de salud pública.

En un nuevo estudio, Banks y sus colegas utilizaron un modelo de transporte atmosférico conocido como COSMO-MUSCAT (Consortium for Small-scale Modeling-Multiscale Chemistry Aerosol Transport) para cuantificar la cantidad de polvo que el lecho seco del lago aporta a la región, donde el polvo es más frecuente y la cantidad de polvo que pueden medir los satélites.

Sin embargo, la variabilidad sustancial de los vientos de un año a otro significa que es probable que diferentes áreas sean las más afectadas por el polvo en diferentes años.

Los investigadores también encontraron que el polvo en la región a menudo coincide con la nubosidad. Estiman que más de dos tercios de las tormentas de polvo están oscurecidas por las nubes, una condición más pronunciada en invierno y primavera, lo que significa que los satélites pueden tener dificultades para cuantificar las emisiones de polvo del lecho seco del lago.

A la luz de esta observación, los autores sugieren que complementar los estudios de modelado con observaciones terrestres será particularmente importante para continuar revelando cómo el polvo del antiguo Mar de Aral está afectando a Asia Central.

Con información de: https://www.geografiainfinita.com/ https://www.vistaalmar.es/

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