Un estudio reciente revela que los aviones comerciales actuales, que operan a altitudes elevadas, generan estelas de condensación que contribuyen al calentamiento global y tienen una duración mayor en comparación con las estelas producidas por aviones más antiguos.
La investigación liderada por científicos del Imperial College de Londres subraya los significativos retos que la industria de la aviación enfrenta para mitigar su impacto climático. Además, el estudio ha revelado que los aviones privados generan una cantidad de estelas de condensación mayor de lo que se pensaba, lo que podría tener un efecto considerable en el calentamiento global.
Los aviones modernos que vuelan a más de 38.000 pies (unos 12 kilómetros), como los Airbus A350 y los Boeing 787, crean más estelas de condensación que los aviones comerciales de pasajeros más antiguos, encontró el estudio.
Para reducir el consumo de combustible, los aviones modernos están diseñados para volar a altitudes mayores, donde el aire es más fino y hay menos resistencia aerodinámica, en comparación con los aviones comerciales más antiguos, que suelen volar a altitudes ligeramente inferiores (alrededor de 35.000 pies/11 km).
Por supuesto, aquí tienes una versión reescrita del texto:
«Los jets privados operan a altitudes superiores a 40.000 pies, donde el tráfico aéreo es menor. No obstante, al igual que los aviones comerciales recientes generan más estelas de condensación en comparación con los modelos antiguos que vuelan a altitudes más bajas, los jets privados, al volar a estas grandes altitudes, producen estelas de condensación significativamente más intensas.»