La existencia de estos densos bosques es posible gracias a las fuertes lluvias y nevadas, con una media de 2.500 mm anuales, pero su participación en con el medio ambiente es fundamental. Te contamos el por qué.
El bosque andino patagónico llamado también selva fría valdiviense es una comunidad vegetal correspondiente a las regiones montañosas del sur de Chile y sudoeste de la Argentina.
Son los bosques más australes del planeta y tienen su origen hace 45 millones de años en el supercontinente Gondwana, donde surgieron los ancestros de todos los bosques de Sudamérica, Australia, Nueva Zelanda, Tasmania y Sudáfrica.
El carbono es el principal componente de la materia orgánica y los bosques andinos cumplen un rol más que vital en su captura a nivel mundial. Así lo afirma un reciente estudio internacional llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores e instituciones de la Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, vinculados a través de la Red de Bosques Andinos (RBA).
Liderado por Álvaro Duque, de la Universidad Nacional de Colombia y por Kenneth Feeley, de la Universidad de Miami, y con una importante participación de investigadores del CONICET, se trata del primer estudio en mostrar las estimaciones de stock y la dinámica del carbono andino a nivel mundial.
En el trabajo publicado en la revista Nature Communications, los investigadores aseguran que tanto los bosques andinos tropicales como los subtropicales están actuando como grandes sumideros de carbono y tienen el potencial de servir como importantes refugios de carbono en el futuro.
“Los bosques constituyen importantes reservorios de carbono del planeta. Tener en cuenta esto es primordial porque en la medida que los bosques contienen más carbono, la atmósfera posee menos, y la principal forma en la que el carbono se encuentra en la atmósfera es como dióxido de carbono (CO?) que es el componente central del efecto invernadero, causante del calentamiento climático”, comenta Ricardo Grau, investigador principal del CONICET y director del Instituto de Ecología Regional (IER, CONICET-UNT), que aportó cerca del 40 % de las parcelas de bosques que se analizaron para este estudio.
“Por eso, es fundamental conocer las cantidades o el stock de carbono que pueden almacenar nuestros bosques”, agrega el especialista.
Por su parte, según Cecilia Blundo, también investigadora del CONICET en el IER, el objetivo de este estudio era ver cómo están actuando los bosques andinos como reservorios de carbono.
“Cada país tiene su sistema de parcelas. Nosotros, en el IER, tenemos parcelas en las yungas argentinas y los otros países las tienen hacia el norte sobre los Andes. Las parcelas sirven para investigar la dinámica de los bosques a largo plazo, es decir, cómo cambia su estructura y composición de especies”, explica Blundo.
Para el trabajo, los investigadores analizaron una base de datos de 119 parcelas permanentes establecidas en los Andes tropicales y subtropicales que están distribuidas entre los 7.1 °N (Colombia) y 27.8 °S (Argentina), en un gradiente de elevación desde los 500 a los 3.500 metros sobre el nivel del mar.
Los resultados demostraron que en los Andes se ha producido en promedio, un incremento neto de 0,67 toneladas de carbono por hectárea por año, entre el período 2003-2014.
Además, la tasa de fijación del carbono andino obtenida (1.01% anual) es incluso mayor que la de los bosques tropicales maduros de tierras bajas, como los de la Amazonia o del sudeste de Asia.
“Estos resultados indican que los Andes son similares a otros bosques tropicales en el sentido que actúan como sumideros de carbono y que, inclusive, lo están asimilando a tasas mayores, debido al clima menos cálido y a la edad de sus árboles más jóvenes”, concluye Blundo.
El clima del futuro es una de las principales preocupaciones de los especialistas y de la humanidad toda. Por eso, conocer cuál es el verdadero rol como sumideros de carbono de los bosques andinos en fundamental para llevar a cabo estrategias de conservación y de manejo sustentable.
Por su parte, según la investigadora argentina Agustina Malizia, otra de las autoras del estudio, los bosques andinos están contribuyendo a mitigar el cambio climático. “Obviamente, no van a cambiar el balance grueso de carbono del planeta, pero sí están contribuyendo de manera confiable. Además, sirven para conservar la biodiversidad, las cuencas y todo el ecosistema donde viven miles de especies y organismos”, concluye.
Vía: https://weekend.perfil.com/