Las bajas temperaturas del invierno suelen generar múltiples molestias en la vida cotidiana. El hielo en el parabrisas de los coches, el vaho en las ventanas y especialmente el frío en las partes más expuestas del cuerpo como son las manos.
Esos dedos entumecidos a los que les cuesta obedecer, esas manos heladas pese a tener el resto del cuerpo bien abrigado, algún que otro sabañón… Seguro que no los echaba de menos. “La sangre posee mayor dificultad para llegar a las manos al estar en los extremos, por eso se enfrían más. Las bajas temperaturas provocan que los vasos sanguíneos se cierren, propiciando que disminuya la circulación.
¿Qué mecanismos para evitar esta sensación desagradable de frialdad tenemos los seres humanos? “Las personas poseemos un sistema de defensa del frío mixto, compuesto tanto por la grasa como por el pelo. Al lavarnos mucho las manos, perdemos dicha grasa, y si no nos protegemos, las extremidades pueden llegar a doler de puro frío.
Un extra para combatir el frío es la crema de manos. “Hace que disminuya el umbral del dolor, pues a más grasa, mejor protección. Se recomiendan aquellas lociones que no sean muy líquidas”, indica Fernández Lozano, quien puntualiza que puede aplicarse incluso antes de los guantes, reduciéndose a la mitad la sensación de frío.
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Pruebe el siguiente tratamiento casero si las manos se le enfrían fácilmente y se vuelven pálidas, frías y le duelen:
- Use guantes para protegerse las manos del frío.
- Mueva los brazos en círculos para hacer que la sangre le fluya a las manos.
- Exponga las manos frías a aire caliente.
- Métase las manos dentro de la ropa que esté junto a la piel caliente, como el pecho, el abdomen o las axilas.
- Caliéntese las manos con agua tibia (no caliente) del grifo o fróteselas. Esto ayudará a mejorar la irrigación de la sangre a las manos. Tenga cuidado de no quemarse las manos.
- Evite que se le enfríen las manos en primer lugar.
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