Un largo río debajo de Antártida acelera el derretimiento de la región

Los investigadores han sabido que hay una red de lagos y ríos de agua dulce ocultos debajo de las capas de hielo de la Antártida durante algún tiempo y estos están acelerando el derretimiento de la superficie.

En marzo, la Antártida Oriental (el otro lado del continente, que es todavía más frío) sufrió el primer colapso de una plataforma de hielo. Cuando una tardía ola de calor austral de verano trajo a la región temperaturas extraordinarias y fuertes vientos, la plataforma de hielo Conger se desintegró en cuestión de días.

El inesperado colapso puso de manifiesto la importancia de (y la incertidumbre sobre) las plataformas de hielo del continente, que actúan como tapones que controlan el flujo de hielo de la tierra al mar. Los científicos temen que su incipiente desaparición sea el comienzo de una mayor pérdida de hielo y de un aumento del nivel de los océanos que afectaría a países de todo el mundo.

A pesar del colapso de Conger, la preocupación más urgente siguen siendo las plataformas de hielo que bordean a la Antártida Occidental, donde trabaja Pettit. Su descubrimiento en diciembre de 2021 sugirió que la plataforma de hielo de Thwaites podría desintegrarse dentro de esta década, dejando al enorme e inusualmente precario glaciar desprotegido. Todo este proceso de deshielo acelerado puede tner una explicación, al menos así lo demuestran los recientes estudios.

En un hallazgo que tomó por sorpresa a la comunidad científica mundial un equipo internacional de científicos descubrió un larguísimo río debajo del hielo de la Antártida, según un estudio publicado en la revista «Nature Geoscience».

El sorprende descubrimiento que fue protagonizada por un grupo de investigadores del Imperial College de Londres y de las universidades de Newcastle, Reino Unido; de Waterloo, Canadá, y de la Universiti Malaysia Terengganu, Malasia, reveló que el hasta ahora desconocido río mide nada menos que 460 kilómetros de largo –mucho más largo que el Támesis y casi igual al Júcar-, y que recoleta agua del hielo antártico de una superficie del tamaño de Alemania y Francia juntas.

Según los especialistas, la existencia de este gran río, demuestra que la base de la capa de hielo tiene un flujo de agua mucho más activo de lo que se pensaba hasta ahora, lo que podría hacerlo más susceptible a los cambios del clima.

Cuando descubrimos por primera vez lagos debajo del hielo antártico hace un par de décadas, pensamos que estaban aislados unos de otros. Pero, ahora, estamos empezando a entender que hay sistemas completos ahí abajo, interconectados por vastas redes de ríos, tal como podrían estar si no hubiera miles de metros de hielo encima de ellos”, comentó Martin Siegert, investigador del Instituto Grantham en el Imperial College de Londres.

La región en la que se basa este estudio tiene suficiente hielo para elevar el nivel del mar 4,3 metros en el mundo. La cantidad de este hielo que se derrite y la rapidez con la que se derrite está relacionada con lo resbaladiza que es la base del hielo. El sistema fluvial recién descubierto podría influir fuertemente en este proceso”, agregó el científico inglés.

Para llevar a cabo el hallazgo, los investigadores se valieron de la combinación de sondeos de radar aerotransportados que les permitió poder mirar debajo del hielo y modelar la hidrología de la capa de hielo. Así, se centraron en un área en gran parte inaccesible y poco estudiada, que incluye hielo de las capas de hielo de la Antártida oriental y occidental, y llega hasta el mar de Weddell.

«El hecho de que un sistema tan grande no se haya descubierto hasta ahora es un testimonio de cuánto aún se necesita aprender sobre el continente. A partir de las mediciones satelitales, sabemos qué regiones de la Antártida están perdiendo hielo y cuántopero no necesariamente sabemos por qué.”, afirmó Christine Dow, investigador de la Universidad de Waterloo.

“Este descubrimiento podría ser un eslabón perdido en nuestros modelos. Podríamos estar subestimando enormemente la rapidez con la que se derretirá el sistema al no tener en cuenta la influencia de estos sistemas fluviales”, explicó.

El equipo de investigadores afirmó que la existencia de grandes ríos bajo el hielo como el que acaban de descubrir también debe tenerse presente al momento de evaluar y pronosticar las posibles consecuencias del cambio climático en la Antártida.

“Si los veranos son lo suficientemente cálidos como para causar un derretimiento de la superficie suficiente como para que el agua alcance la base de la capa de hielo, podría tener grandes efectos en los sistemas fluvialeslo que podría llevar a ese continente a un estado similar al de Groenlandia, donde la pérdida de hielo es mucho más rápida que en el resto del planeta”, concluyeron.

Con información de: https://weekend.perfil.com/ https://www.nationalgeographicla.com/

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